10 años de impunidad: Fue violada dentro del Concejo y fue el hecho fue oculto por el acuñismo

ana franzanti
Ana es una mujer que estuvo obligada a callar durante 10 años, el episodio más horroroso que sufrió en su vida. Fue cuando en agosto de 2005 fue salvajemente violada y golpeada en el edifico del Concejo Deliberante. En una entrevista concedida al portal de noticias Buenos Aires 2punto0, Ana describe como concejales y funcionarios del acuñismo intentó tapar el hecho. Contó también el acoso que sufrió por parte del mismísimo intendente Luis Acuña.

En una nota con el portal de noticias BuenosAires 2punto0, Ana Franzanti afirma que nunca se animó a relatar el hecho, que sucedió el 12 de agosto de 2005, en el interior del Concejo Deliberante, donde trabajaba como recepcionista.
“El 12 de agosto de 2005 hubo una sesión importante porque querían poner un cementerio privado en Pedro Díaz. Entonces trajeron gente de otros lugares (los concejales del oficialismo) porque no querían que entraran los vecinos, pero igual entraron y rompieron todo. Tiraron ventiladores, ese día estuvo lleno de policías el Concejo y a las 5 de la tarde, ya se había calmado todo, cuando se va la secretaria del Concejo, Susana Filipo, yo le digo, ‘Susana no me quiero quedar, fue un día horrible, déjame que me vaya’, pero ella me pide que me quede, que termine mi horario hasta las 7”.

“A las siete menos veinte más o menos veo que pasan dos chicos por la vereda de enfrente que me llamaron la atención porque en ese momento no se usaban los camperones tanto como ahora y a los pocos minutos, cuando me estoy dando vuelta para ponerme un saquito siento que me agarran de atrás y me llevan al subsuelo, y se notaba que conocían el lugar. En la primera oficina que ven luz, que es donde se reunía la comisión de los concejales para hacer los proyectos, entran y me ponen ahí adentro. Uno de ellos, cuando va bajando, agarra el palo que estaba en la puerta, y el otro me

agarró la cartera, la billetera, lo dejan todo tirado… Yo me resistí muchísimo. Me golpearon, me pegaron con el palo, tanto que en las piernas era todo sangre, el pantalón empapado en sangre, me golpearon la espalda, hasta que no aguanté más y caí”.

Ana relató de manera desgarradora detalles de esa violación para luego asegurar: “en ese momento te juro que lo único que quería era que me mataran, primero que era tanto el dolor que sentía que yo decía y pensaba ¿cómo sigo?, fíjate que van a hacer diez años ya y no creo que lo supere nunca”.

Un empleado del Concejo fue el que la encontró desvanecida. La llevaron al Hospital San Bernardino: “quería que me lavaran, que me bañaran, que me sacaran todo eso que sentía encima; que me pusieran alcohol”, cuenta.
Ya internada, Ana recuerda que “me pusieron en una sala y llamaron a mi marido. Después llegaron Silvia Caprara, Oscar Marín, Nito Bertinat que eran concejales y yo abro los ojos y veo a mi marido y a mi hijo -que tenía 18 años en ese momento-, los dos estaban blancos como un papel y se le acerca Silvia Caprara a mi marido y le dice: ¿por qué no dejamos todo como está y se la llevan así como está a tu casa?”.

“Mi marido estaba furioso. Yo era todo sangre, una carnicería; no te imaginas los golpes”.

Ana estuvo internada en terapia 10 días. Nunca se identificaron a los atacantes. Las consecuencias para ella fueron terribles. Depresión, fobia hacia la gente, pánico y cuatro intentos de suicidio. A pesar de eso y a pesar de estar bajo tratamiento y amparada por la ART, en diciembre pasado se la dio de baja como empleada municipal. El único juicio que Ana pudo tener y ganó, fue la acción civil. “Ese juicio lo inicié dos días antes que se cumpliera el plazo de vencimiento, porque intenté comunicarme con Acuña para arreglar las cosas de otra forma porque lo del juicio es muy desgastante, es volver a revivir todo, yo después de eso tuve cuatro intentos de suicidio, estuve internada en la clínica (psiquiátrica) Avril, se llegaron a decir tantas barbaridades, Mario Petito llegó a decir que era un ritual umbandista, cualquier cosa se dijo”.

 

 

El acoso de Luis Acuña
Ana ingresó a trabajar en el Concejo Deliberante en el año 1998. Por ese entonces, Luis Acuña era concejal, presidía el HCD y ella se integra como secretaria de quien años más tarde se convertiría en Intendente.
El relato sobre el acoso sale de casualidad en la charla. En realidad contaba cómo había comenzado su trabajo en ese lugar. “Habré estado tres meses como secretaria de Acuña, después tuvimos un entredicho, él se propasó conmigo, yo no lo dejé pasar más de ahí y entonces se ofendió, me sacó de la oficina y me tuvo como tres o cuatro meses en los pasillos porque no me daba una ubicación, de ahí me pasó a Comisiones, me pasó a Legal y Técnica y a partir de ese momento por mi negación, dejó de saludarme y después de Legal y Técnica me pasaron a Mesa de Entradas como recepcionista”, relata.

Consultada por Buenos Aires 2.0, Ana describe cuál fue esa situación en la que dice que se propasó con ella. Y la respuesta, inesperada, sorprende aun más: “Él era presidente del Concejo y un día me llamó para ver un expediente cosa que me pareció rara porque eso siempre lo trataba con su secretario Ricardo Milio. Me dice sentate, yo me siento, se pone a leerlo y me dice “mira, vení y mirá lo que dice acá”; ahí se levanta y me agarra y me besa. Yo ahí le digo “pero Luis, ¿qué hacés? nos conocemos de toda la vida, ¡por favor!”, y se puso furioso. Me dijo “salí de acá andate de mi oficina” y ahí pasó eso de que no me habló nunca más, pero no fui la única, Irma Segovia que fue su secretaria, le hizo juicio por acoso y se lo ganó. Acuña es de esos tipos que se creen que te señalan, le gustaste y sí o sí tenés que pasar por él”.

En la entrevista la pregunta fue inevitable: “¿Ana si tuvieras la posibilidad de tener hoy frente a frente a Luis Acuña, que le dirías?”. Al principio Ana respondió con resignación: “creo que ya nada, es tanto lo que me ha hecho”, pero luego encontró la respuesta justa: “sos el peor ser humano que he conocido en este mundo”.

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