Decepción entre los familiares de Iago Avalos por la pena que le toca a Pérez Buscarolo

Un jurado popular declaró «culpable» al ex subcomisario de la Policía Federal José Pérez Buscarolo por haber matado a Iago Avalos de 17 años, a quien en 2017 persiguió 10 cuadras porque le había robado las tazas de su auto en Villa Tesei. El jurado consideró que se trató de un «homicidio culposo», es decir, sin intención, por lo que podría recibir como máximo una pena de 5 años de cárcel.

Un jurado popular determinó por 10 votos contra 2 que el subcomisario Pérez Buscarolo es culpable del delito de homicidio culposo, tras haberle disparado dos veces desde una larga distancia al automóvil en el que iban dos jóvenes que le habían robado dos tazas de su automotor.
El veredicto decepcionó a los querellantes y a los familiares del joven Iago Ávalos, de 17 años de edad, que esperaban una condena a perpetuidad por gatillo fácil y homicidio calificado con dolo eventual. Pero lo cierto es que tampoco hubo absolución alguna para el subcomisario, tal como solicitó su defensa.  Buscarolo enfrenta ahora una pena de hasta 5 años de prisión.
Tal como consignó la prensa, el jurado popular consideró que Buscarolo no tuvo intenciones de matar a Iago, sino que tiró para frenar la marcha del vehículo en que viajaba con un amigo
El juicio duró una semana y fue conducido por la jueza Andrea Bearzi. La acusación corrió por cuenta de Daniela Barroso y la querella la llevó el abogado Ismael Jalil de la Correpi.

LOS HECHOS
Todo comenzó el 12 de mayo de 2017 cuando Iago Ávalos, un joven que por la mañana cursaba la secundaria en la escuela Esteban Echeverría y por la tarde trabajaba en un taller de autos y motos, robó -junto a un amigo- dos tazas del auto de Pérez Buscarolo, un ex integrante de la Policía Federal Argentina, que los persiguió diez cuadras y disparó contra el auto causando la muerte de Iago.

El ex policía fue acusado por el homicidio y quedó en prisión domiciliaria.
Pérez Buscarolo jamás negó el hecho, pero declaró que efectivamente disparó contra el auto en el que iba el adolescente pero hacia «abajo», lo que se contradijo con los expertos.

La tesis del caso de la acusación poseía un importante punto débil: no se pudo establecer la distancia exacta entre los dos autos al momento del disparo, como para dar cuenta que el policía disparó a quemarropa. Por el contrario, al parecer el disparo fue efectuado a más de 80 o más metros de distancia, lo cual alejaba la chance de un disparo doloso con ánimo directo de matar. No obstante, la fiscalía acertadamente pidió al juez que instruyera al jurado sobre el dolo eventual.
La querella basó toda su estrategia en que el que había disparado era Buscarolo con su arma reglamentaria de nueve milímetros. Lo que se debatió fueron los supuestos motivos que podría haber tenido el oficial para dispararle. Por reglamento policial no está autorizado de ningún modo el disparo, a no ser que esté en riesgo la vida de esa persona o la de un tercero, mucho menos está autorizado un tiro de «advertencia» que podría ser un tiro al aire o al suelo.

EL VEREDICTO
Hubo cinco propuestas de veredicto: la de homicidio agravado por ser miembro de la fuerza de seguridad abusando de su cargo, la de homicidio simple, la no culpabilidad propuesta por la defensa, culpable por exceso del cumplimiento del deber y homicidio culposo (estas últimas con la misma pena)
Tras tres horas y media de deliberación, en el que se preveía incluso riesgo de estancamiento, el jurado decidió inclinarse por una de las cinco opciones de veredicto destinadas a evitar la absolución: homicidio culposo.

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