Un dilema central a la hora de planificar la ciudad: qué hacer para que Hurlingham no haga agua

Por José María “Tito” Gómez.

Salir a la vereda cuando terminaba de llover era una aventura que desafiaba a la vieja y al fresquito. Ahí nomás, el torrente del agua podrida, antes un escuálido arroyo y ahora un bravo Paraná. La misión era asomarse desde la altura del cordón de la vereda, agacharse, y con la delicadeza de un ninja, colocar nuestro barquito de papel, siempre con la proa hacia la corriente. Después, a trotar por el cordón para ver hasta dónde llegaba el barquito. A veces sorteaba arrecifes de piedras o montoncitos de hojas viejas, pero indefectiblemente terminaba en el desagüe que estaba en la esquina antes de llegar a la avenida. Y el barquito se hundía en las profundidades, acompañado de un «fuaaaaaa»

Escenas de los tiempos heroicos, cuando las lluvias eran más o menos normales, y uno vivía por barrios que ya no existen, antes del exilio hacia la periferia conurbana, sitios donde las tormentas se han vuelto menos amistosas.

Sabemos por lo menos desde 1985 que las lluvias otoñales son cada vez más violentas, con más agua caída en menos tiempo. Aquel entonces la calle Marqués de Avilés fue la costa de un mar amargo que se extendía hasta el Reconquista y más allá. Luego, prácticamente todos los años, una gran tormenta produce daños en las casas y en las vidas.

Es la vieja letanía del «calentamiento global», que pasó del NatGeo al noticiero.

Desde aquella época, en Hurlingham se urbanizaron baldíos y se pavimentaron casi todas las calles, pero no se hicieron obras de desagüe, salvo la Cuenca Johnston. La frenética actividad del ex intendente Luis Acuña pavimentando a lo loco por necesidades electorales no se correspondió con planificar qué hacer con el agua que antes penetraba en la tierra y ahora no tiene dónde escurrir. La pomposa remodelación de la Avenida Roca contrasta con el agua acumulada, insólitamente, sobre un sólo cordón.

Por otro lado, según los expertos del clima, la temperatura promedio del planeta aumenta cada año, provocando el deshielo de los polos y glaciares y por lo tanto la altura del nivel del mar. Si la temperatura media anual crece 4 grados, grandes zonas costeras van a ser inundadas. Mala noticia para Hurlingham, porque Villa Club y Morris, que están por debajo de 12 metros sobre el nivel del mar, se van a inundar para siempre. Luego van a seguir los siguientes barrios. La única duda es cuándo va a pasar, si en 50, 200 o 1000 años.

Otro factor que contribuye a que el agua a veces no sea muy querida es la deforestación desmedida en amplias zonas del país, que transformó millones de hectáreas en verdaderas factorías agroindustriales, ya sea campos sojeros, establecimientos ganaderos o bosques para madera comercial. Donde hace pocos años las aguas eran absorbidas por la vegetación natural, los productores construyen canales clandestinos que desordenan los cauces naturales

Desde lo local, las tan esperadas obras sanitarias también podrían causar un daño colateral que no parece haber sido previsto por las autoridades: el ascenso de las napas freáticas. La red de agua corriente estaría terminada dentro de dos años pero la de cloacas, con suerte, en cinco, o más. Es decir que una gran parte de Hurlingham va a dejar de sacar agua de la napa pero le va seguir mandando: la napa asciende y los pozos ciegos se saturan. Ya está pasando en barrios como El Destino, donde cuentan con agua corriente sin cloacas, y tienen que llamar al camión atmosférico por lo menos una vez por mes.

(Ojo que por estas horas estaría desembarcando el FMI, por lo que esos plazos pueden alargarse quién sabe hasta cuándo)

Por todos estos factores, un plan de manejo del agua, tanto la que viene del cielo, del mar o de las profundidades, y ver cómo sacarla o aprovechar-la, debería ser parte fundamental de la planificación del Hurlingham de las próximas décadas. O quedémonos viendo desde el cordón hasta dónde van los barquitos de papel por el agua podrida.

 

(Con la colaboración de Majo Pacheco).

 

Twitter: @titogomez63

Correo: josegomez2112@gmail.com

 

 

1 Comentario

  1. yo te vote macri y vidal, en la campaña dijeron que en el 2018 TODOS ibamos a tener CLOACA Y AGUA CORRIENTE y para el agua faltan 2 años y clocas 5 o MAS???
    no tienen verguenza!!, son todos iguales
    politicos chantas!!

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