Dos policías asisten a mamá en el nacimiento de su beba

Que las mujeres vienen pisando fuerte no es ninguna novedad pero es, generalmente en los momentos críticos cuando sus principales potencialidades se ponen a prueba.

Las protagonistas de esta historia son todas mujeres. Una madre a punto de dar a luz a una niña, dos policías que la socorren en el momento más importante y una doctora que llega al lugar cuando la niña ya se encuentra en el pecho de la madre y la asiste profesionalmente.  Una historia hermosa, llena de sensaciones encontradas, gritos, llanto, alivio y lo más simple y milagroso: una historia llena de vida.

A veces los hechos tardan más en ser contados, que en ser vividos. Como los que le tocaron protagonizar a dos efectivos de la Policía Local de Hurlingham  Cecilia Lazarte (26) y Valeria Nielsen (36). Se desencadenaron en aproximadamente 20 minutos pero el dramatismo de lo que les ocurrió pareció durar mucho más.

Un llamado al 911 las llevó a una vivienda del Barrio Villa Club en la tarde del 8 de junio: Una mamá se encontraba en trabajo de parto. Antes de entrar, a la casa, a la que se accede por un largo pasillo, ya habían llamado a la ambulancia. Pero al ingresar al pequeño cuarto donde se encontraba Valeriana González (25) el  parto estaba tan avanzado que no había posibilidad de pensar en el traslado de la paciente.

Mientras Cecilia insistía en el pedido de la ambulancia, Valeria -que tiene dos hijos de 17 y 9 años-  se hizo cargo de la situación: tranquilizó a la hermana de la mamá que se encontraba muy nerviosa para luego  dedicarse por completo a recibir a la beba, Isabella. Cuando con su llanto se hizo presente, la  abrigó  con  varias mantitas y la  colocó en el pecho de una emocionada y dolorida mamá.

En pocos minutos llegó la doctora que avaló todo lo hecho por la policía y se encargó de cortar el cordón, asistir en el “alumbramiento” y  luego trasladarla al Hospital en perfectas condiciones.  Un hermanito de Isabella de seis años que se había escondido, asustado por lo que estaba pasando fue llevado a la casa de una vecina mientras la mamá, la hermana y la beba subían a la ambulancia.

Un día atípico para estas policías, que están más acostumbradas a que sus jornadas tengan que ver con los delitos y los problemas. Cecilia hacía apenas unas horas había sufrido una pérdida familiar y esta situación la puso en un lugar extraño pero lindo a la vez; Valeria aprovechó todo lo que apenas una semana antes había escuchado en el curso de Reentrenamiento Policial donde las preparan para situaciones de estas características en las que a veces lo más importante no son los “conocimientos médicos” sino fundamentalmente el tacto y la empatía que tienen que lograr para que la mamá se calme y colabore en todo lo que ellas le pedían.

La cercanía entre las policías también colaboró a que todo se coordinara rápidamente como la situación lo exigía. Compañeras de promoción, ambas son egresadas de la primera camada de policías locales de Hurlingham y en muchas ocasiones patrullan las calles como pareja.

Luego de volver a visitar a la mamá y a la niña en el Hospital donde las tres intercambiaron las emociones  ya con más tranquilidad y recibieron el agradecimiento de Valeriana  en ese momento crucial, ambas policías tuvieron que  contestar llamadas y mensajes de familiares de Tucumán, Córdoba y Bariloche que, enterados de la noticia querían conocer todos los detalles.

No es para menos, fue una milagro la llegada de Isabella, pero también fue una bendición que esa mamá se encontraran esta tarde con Cecilia y Valeria dos  policías que hicieron mucho más de lo que la función les exige, dos mujeres que para ayudarla se pusieron en la piel de esa  otra mujer en uno de los momentos más importantes de su vida.

 

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