El Bebo Villalba: “Es un orgullo ser el pugilista de Hurlingham”

Por Leandro Rodríguez || Fotos de Facundo Chamorro ||

Bebo
Cuando llegué al vestuario lo encontré tranquilo, incluso me atrevería a decir que los que estaban nerviosos eran sus entrenadores. De todas maneras, aunque fuese lo contrario “el Bebo” lo disimulaba bastante bien. Sí, iba y venía de una punta a otra, siempre quiso participar de las conversaciones y casi todo el tiempo estuvo atento a la hora, pero debe ser característico en cualquier persona que se está por subir a un ring, y más aún si está en juego el título argentino de peso welter.

Allí, en el Centro Cultural y Deportivo “El Cruce” de Malvinas Argentinas, había una gran expectativa. Amigos y familiares del Bebo fueron llegando, en tren, en colectivo, en auto y hasta en un micro exclusivo que había salido de Hurlingham. Todos tenían la ilusión de verlo ganar y acompañarlo. Incluso quien escribe estas líneas, que tuvo la intención de ir cumpliendo funciones de periodista,  pero de saludarlo,  antes de su entrada en calor, perdió la objetividad.

No tenía nada contra Rubén Velázquez, que de hecho también hizo un destacado combate, pero con el paso de los rounds y la euforia que había alrededor, quería que ganara Villalba y me sumé a los cantitos que emergían de las tribunas.

Después de un 2013 exitoso, donde pudo convertirse en campeón latinoamericano y pelear en el Luna Park para la despedida del Roña Castro, Villalba tuvo un año de inactividad. Este era el segundo encuentro del año que iba a disputar y debía ganar para retomar la continuidad con mayor confianza.

No sé si “el Bebo” sabrá de futurología, pero me dijo confiado: “Hoy ganamos”. Por supuesto no fue por obra del destino que Villalba haya conseguido un nuevo triunfo. Durante los vibrantes 10 rounds siempre fue superior, si bien no pudo ganar por K.O como quiso gran parte del estadio los puntos del jurado fueron justos y demostraron la superioridad frente a su rival.

El Bebo sabe que el box es un deporte individual y que es uno solo quien se sube al cuadrilátero, sin embargo cada vez que tiene que responder públicamente lo hace en plural: “estamos bien”, “tenemos que mejorar”, “nos vamos muy contentos” o “trabajamos muy duro para esto” suele responder a veces a las preguntas de los medios. Y es que verdaderamente son un equipo y se mueven como tal. Basta con ver a su papá y a su tío que prácticamente hacen lo mismo que él hace dentro el ring. Pero no solamente Villalba incluye a su cuerpo de entrenadores, sino que también se refiere a la gente que diariamente lo sigue y lo acompaña en su carrera.  Simbólicamente parecería que son varios los que suben con él a pelear, y así lo debe sentir. Sobre todo cuando a lo largo de la pelea las tribunas de El Cruce retumbaban con los canticos de la hinchada hurlinghense. El responde con humildad: “Es un orgullo ser el pugilista de Hurlingham”

Por unos gustos de más la balanza lo delató y el título que estaba estipulado para esa noche no estuvo en juego. El Bebo subió al ring con esa noticia, también su rival tuvo problemas con el peso. El adelantamiento de una semana de la pelea tal vez fue un motivo para que el peso no fuera el necesario.

El título de campeón no estuvo en juego, y el Bebo no peleó para ser campeón, peleó como campeón. Y así lo recibió la gente. Hubo abrazos, risas, fotos y emoción para el campeón del barrio, el orgullo de los viejos, el ejemplo de papá. Esos son los títulos que ganó en la noche del sábado Ricardo Rubén “Bebo” Villalba, el pugilista de Hurlingham.

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