Jorge Frega: «No me preocupan los jueces malos sino los buenos, porque se cansan de ser buenos y ven que a los malos no les pasa nada»

Entrevista al presidente del Colegio de abogados de Morón, entidad fundada en 1971, que contiene a más de 6 mil matriculados de Morón, Hurlingham, Ituzaingó y Merlo, es decir los distritos que conforman el Departamento Judicial de Morón. Jorge Frega lo preside desde junio de 2018.

 

En ocasión de celebrarse el 29 de agosto, el Día del Abogado, El Ciudadano entrevistó al presidente del Colegio de Abogados de Morón (CAM), Jorge Frega, para hablar sobre esta profesión en particular y sobre la administración de justicia en general. Frega preside la entidad desde junio de 2018, tras casi 20 años de mandato de Jorge Barberis.

Las asociaciones que nuclean a profesionales, tienen como prioridad atender las necesidades de sus colegiados, pero Jorge Frega comenzó la charla destacando la función social del Colegio de Abogados.

 

JF -Además de tener a los profesionales del Derecho como principales destinatarios de las tareas que desarrolla el Colegio, tenemos el compromiso de ayudar a la gente. Entre otras cosas hemos reestructurado lo que se llama Patrocinio Jurídico Gratuito, que ya existía por supuesto porque es un imperativo legal. Es la única de las profesiones que estamos obligados a patrocinar gratuitamente a los pobres. Fijate que a los abogados siempre se les dice cuervos, aves negras y otras cosas, como que ningún abogado se mueve si no se le paga y la verdad que los abogados nos movemos mucho gratuitamente, ayudamos más gente de las que ayudan muchos otros. No hay ninguna profesión que tenga esa obligación legal salvo en emergencia, pero el médico del hospital que realiza una encomiable tarea, no cobra lo que debería cobrar, seguramente, pero cobra. El abogado en patrocinio jurídico gratuito no cobra. El abogado de defensoría del Poder Judicial sí cobra, pero el que trabaja aquí no.

 

EC -Pero eso no atenúa que el Poder Judicial, las instituciones vinculadas a la justicia tengan un des-prestigio mayúsculo.

-Te doy una visión personal. Creo que si algo que es muy necesario para la gente funciona mal, la desilusión es mayor. O sea si alguien se desilusiona es porque en algún momento se ilusionó. La ilusión colectiva de la gente es que la Justicia va a resolver sus problemas. Es la última instancia que puede resolver sus problemas, porque cuando fracasa el Poder Ejecutivo, cuando fracasa la salud, la seguridad, cuando fracasaron todos los demás, alguien me tiene que proteger y el último al que yo voy a acudir para que sea justo conmigo es al juez y antes de pasar a un juez, paso por un abogado porque no sé cómo ir al juez. Cuando uno acude a la Justicia es cuando está totalmente decepcionado. Cuando ya se acabaron las oportunidades queda la esperanza en la Justicia, pero cuando llegar a la Justicia se hace burocrático, cuando uno siente que es inaccesible, que no se puede, todo es más doloroso.

-La famosa lentitud de la Justicia…

-…que es muy complicado resolver porque el Poder Judicial no es un organismo aislado que empieza y termina en sí mismo. Por ejemplo cuando vos tenés a una persona que tiene un accidente de taxi va a la Justicia Penal, también a la Justicia Civil. Ahora el Juez inicia rápidamente el juicio, pero es necesario un informe del hospital sobre la persona atropellada, pero el hospital te da turno para dentro de seis meses. Y después necesitan el plano del lugar y hay que pedirlo a la Municipalidad, y tardan meses en mandártelo. Nos preguntamos si el hombre estaba en blanco o en negro y pedimos a la AFIP que tarda un montón de tiempo para darte el informe y lo mismo el Registro de la Propiedad Automotor que me diga si el auto era de él o de otro y así, varios ejemplos. Entonces, ¿el Juez es un lenteja? Es cierto que algunos jueces no trabajan como deben ser, pero está claro que la justicia no es un órgano aislado, es un órgano que convive en una sociedad caótica.

 

-Y además todo esto tiene un costo económico.

-Si, y ni hablemos cuando hay que aplicar la tasa de justicia. ¿Qué tasa de interés aplicarías vos para actualizar una deuda hoy…? ¿Para actualizar una deuda de un juicio del 2005, del 2009? Si hablamos de una actualización monetaria para algunos jueces es el demonio… ¡generamos inflación! dijo la Corte. O sea midiendo la fiebre, yo genero la fiebre. La culpa es del mensajero y sabés que muchas veces el mensajero es el juez y antes de él, es el abogado.

El mensajero es la mala persona como cuando vos vas al médico y te anuncia una enfermedad tremenda y vos decís ‘este médico es un animal, mirá lo que me dijo’, pero la enfermedad no la creó él.

 

-Desde hace tiempo se debate en la Argentina el tema de la grieta. Grieta que también existe en el ámbito judicial. 

-En general eso es normal y propio del ser humano. La tensión existe y va a existir siempre. La tensión es propia de lo que yo deseo y vos deseás. El problema es que una civilización puede distinguir entre el deseo, el interés y el derecho. Mucha gente viene a mi estudio confunde su deseo con su derecho: ‘eso es injusto porque me hace mal a mí’ dicen. Pero a veces hay cosas que te hacen mal a vos porque van en beneficio de los demás y hay veces que yo tengo un interés que es legítimo, porque está protegido por la ley, porque la sociedad lo permite, pero que choca con otro interés que también es legítimo. Entonces hay que buscar un equilibrio entre los intereses, esa tensión se da y es la justicia y es el poder el que tiene que hacer equilibrio entre esas dos tensiones. Y ahí viene el Derecho que decide cuál es el equilibrio, cuál de los intereses son los que tienen que funcionar. Entonces yo si en la escala de valores priorizo el derecho de los jubilados o de los jóvenes discapacitados a tener una pensión, una jubilación digna, ¿quién lo va a pagar? ¿Quién tiene la obligación de hacerlo? ¿Los a-portantes solamente, todos los demás, el presupuesto nacional? Este es un ejemplo fácil de ver pero difícil de solucionar.

Ese tipo de cuestiones a veces abren grietas porque voy al juez y yo soy Estado y digo: ‘no me condenes más, no me hagas más estos fallos. Porque me estás desfondando, me estás dejando sin plata’. O piden: ‘No condenes al tipo que pisó en la calle el colectivero porque la empresa de transporte no puede pagar tanta gente…’, ‘pero ¿porque no les enseñás a los colectiveros a manejar un poquito mejor?’ ‘y porque están a dos mangos, porque me piden que cumpla con un plan… y la compañía de seguro no puede cumplir esto’ y la ART y etcétera…

 

-Cada cual atiende su juego

-Cada cual tira para su lado diría mi abuela. Y las grietas se producen y los jueces y los abogados vivimos trabajando entre grietas y si bien estamos acostumbrados tratamos de que esas grietas se transformen en puentes. Hay jueces que deciden para un lado, hay jueces que deciden para el otro, priorizan una cosa, la otra, por supuesto habrá un juez que lo hace por algún interés no por la Justicia, habrá que ver quién es y si lo hace por algún interés que no es legítimo habrá que perseguirlo. Pero a mí no me preocupan los jueces malos -que son los menos- sino los jueces buenos, porque se cansan de ser buenos y ven que a los malos no les pasa nada.

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