La historia de Nicole: Una lección de lucha, amor y derechos

 

17 de Mayo Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia, Lesbofobia  y la Bifobia

Por Gabriela Chamorro

 

Nicole Vázquez vive en Hurlingham.

Es una vecina más. Con una familia típica, un compañero de muchos años, dos hijos preciosos.

Pero su historia es única. Única y poderosa. Porque habla de ser víctima de estigmas, de que todo cueste más por su elección sexual, de exilios, de desamparos, de humillaciones, pero también de sororidad, de elegir luchar, de pararse ante lo imposible con los derechos humanos como bandera

El presente en cuarentena es perfecto. Los días se equilibran entre deberes de la escuela y jugar mucho en la play pero sobre todo actuar con los chicos.  Es que en su paso por el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis,  Nicole se enamoró de la actuación. Hizo teatro y ahora es una herramienta de juego con sus hijos Jeferson (5)  y Esteban (10) donde las filmaciones, las fotos y hasta las escenas dramáticas mezclan arte y diversión  y hacen que  el “aislamiento social obligatorio” no sea para nada aburrido

Su historia se remonta hace unos años atrás cuando Nicole con 15 años se vino desde Uruguay.

“En ese entonces Uruguay era retrógrado, atrasaba un montón. En ese momento la Ley de Identidad de Genero, que se actualizó hace poco era patologizante. Vos tenías que ir a un juez y decirle desde cuándo eras trans, llevar testigos, estar con un equipo interdisciplinario que te patologizaba, y ahí un juez decidía si vos eras trans o no. Era un espanto, era mejor que no existiera que pasar por esa situación. Lo que  se nombra mal directamente no se nombra”

En ese contexto Argentina, el primer país de América Latina que tenía su Ley de Identidad Sexual se mostraba como un horizonte mejor para poder vivir según su elección de vida.

“Me vine a Devoto a Once. Vamos migrando según las circunstancias de nuestra vida, siempre andamos solas dando vueltas por el mundo buscando estabilidad, lo mejor para nuestra vida”

Lo que aún a pesar de ser un país más abierto que Uruguay no cambiaba era  esa especie de ley no escrita, ese lugar por donde quienes eligen ser travestis o trans tienen que empezar: “Nuestra identidad se va construyendo desde la prostitución desde la noche, porque  nos empujan desde muy niñas a eso. Yo era prostituta, pero yo era una niña. Una niña a la que el Estado no vino jamás a proteger a preguntarme por qué estaba ahí, a darme un lugar donde vivir. La gente pasaba pero éramos invisibles, nos daban vuelta la cara como si no pasara nada”

La llegada al Bachillerato fue determinante. “Eso fue todo porque el conocimiento es poder y poder aplicarlo a tu vida. Yo ahora lo estoy aplicando mucho en la maternidad y también lo apliqué en la lucha porque sin mi paso por el Mocha Celis no hubiera conocido mis derechos”

En la vida de todos, de todas, de todes hay un momento que es determinante: puede ser un acto, puede ser una persona a la que conocemos, puede ser una decisión que tomamos, en el caso de Nicole fue recibir una llamada telefónica de Uruguay, en la que le hablaban de la existencia de un bebé, un sobrino, abandonado, sin familia y una invitación abierta a “hacerse cargo”

“Yo no sabía ni que tenía un sobrino. Me fui de chica y mantenía poca relación con mi familia.  Lo que sí sabía es que deseaba ser madre  y lo hablé enseguida con mi pareja Daniel que me apoyó desde siempre”

Nicole hace un paréntesis en la charla, habla sobre su deseo de ser madre y lo clasista que es para la justicia que una mujer travesti o trans pueda lograrlo no solo por lo criminalizadas que están por vivir de la prostitución sino porque se cree que no pueden aprender otras cosas, que  no tienen amor para dar y por supuesto no todas tienen la posibilidad de pagar un vientre subrogado para cumplir su sueño.

Al viajar a Uruguay se enamoró de inmediato de Jeferson, habló con su hermano- padre del niño- y con la mamá que lo había abandonado en el hospital a poco de nacer. “Mi cuñada fue a parir al hospital. Yo no la juzgo fue una maternidad no deseada, hubiera abortado pero no abortó. Es muy buena persona. No quería ser madre y lo dejó en el hospital. Yo hablé con ellos para ver si lo peleaba como tía o como mamá y ellos dejaron muy en claro que querían que yo sea la mamá”

Cuando una decisión es fuerte, cuando el corazón decide y cuando tu pareja y tus afectos te apoyan lo imposible se vuelve posible y eso fue lo que le pasó a Nicole.

No fue fácil viajar todos los meses cinco horas a Uruguay para estar a veces dos minutos en una oficina. Hubo un proceso largo, discriminatorio, muchas pericias, cuestiones legales que eran casi imposibles de cumplimentar y así como hubo quien la acompañó y apoyó hubo, como hay en toda sociedad, seres oscuros como esa jueza que le negaba el derecho a llevarse a su sobrino a pesar de que no había ningún impedimento legal y se cumplían con todos los requisitos.

“Era una jueza que ponía  la religión por sobre las leyes, tenía un crucifijo más grande que la ideología misma de ella,  una mirada despectiva, como si yo fuera una persona que le hubiera ido  a robar el hijo a mi hermano porque él no tenía posibilidades de criarlo”

A pesar de su negativa hubo apelaciones y los tres jueces que intervinieron terminaron fallando a favor de Nicole y Jeferson justo el mismo día en que en Uruguay se estaba votando por las modificaciones de la Ley de Identidad de Género. El logro  de Nicole fue contado por una legisladora cuando dio su voto para que se aprobaran las modificaciones y de alguna manera contribuyó a que en Uruguay muchas cosas cambiaran para quienes deciden saltearse la heteronorma.

“Fue un orgullo e influyó a la hora de votar porque la gente pudo ver que no somos un documento más, una persona que nos ponemos una cartera y salimos por la vida. Tenemos proyectos, sueños, podemos ser productivas en la sociedad pero nos falta el acceso que tienen otros”

Nicole no dejó que todo lo ocurrido durante el proceso judicial quedara entre cuatro paredes. Denunció cada humillación, cada acusación falsa, porque sintió siempre que ésta era su lucha pero que tenía que servir también para allanarle el camino a otras que pudieran venir detrás suyo

“No todo es prostitución no todo es noche, si bien nos imponen eso.  Muchas de nosotras esa oscuridad la convertimos en luz. Demostramos  que podemos romper con muchas cosas y decir que esto no es para nosotras”

Volvemos un momento al presente y Nicole nos cuenta que está tratando de terminar en esta cuarentena el libro ficcionado de su realidad, una especie de  novela cómic que ya tiene título “El parto de la travesti”

Y es que cuando uno conoce el resto de la historia no puede menos que imaginar una película o un documental porque a la llegada del bebé se sumó Esteban.

Esteban es hermano de sangre tanto de madre como de padre con Jeferson, pero nunca se habían conocido ya que el más chiquito jamás vivió con sus padres en cambio Esteban sí lo hizo hasta los ocho años cuando por cuestiones legales lo desvincularon de su familia y lo institucionalizaron.

Nuevamente la llamaron a ella. Estaba el antecedente de Jeferson y todo fue más fácil.

Nicole y su pareja Daniel no lo pensaron, no podían decirle a uno que sí y al otro que no, además por más que nunca habían convivido eran hermanos y el milagro sucedió desde el primer momento en que Nicole viajó con Jeferson a conocer a Esteban.

“Los  presenté  uno a otro y se trataron como si se conocieran de toda la vida. Se abrazaron y nos destrozaron a todos del amor. Un abrazo genuino.  Creo que estaban hermanados por haber pasaron por la misma situación de vulnerabilidad. Esteban esperó a su papá  cuando lo dejaron institucionalizado y ellos no fueron a verlo nunca.  Fui  muy clara le pregunté  qué quería y me dijo que quería ir a vivir con su hermano”

Y por segunda vez en su vida Nicole repite la misma frase. A Jeferson era un bebé y se la había dicho bajito, casi para ella misma, pero a Esteban, que ya era grande se la dijo fuerte, claro y en voz alta: “No esperes por mí porque yo voy a volver por vos”

Hoy viven los cuatro, con Daniel con quien formó un equipo para lograr esta familia pero sobre todo para darles a esos chicos el derecho de tener una familia. “Ellos me dieron todo a mi”- asegura

Lejos quedaron las calles oscuras, llenas de maldad, la vida que se vivía hora a hora sin ningún proyecto con la sola idea de juntar el mango para comer a la noche, ahora Nicole tiene todo y no se considera ni se para en el papel de víctima.

“Soy privilegiada respecto de  la situación que están otras chicas. Esto es una  luz para muchas  que no tienen un proyecto de vida como no lo tenía yo. Si nos proyectamos hacemos política y si hacemos política podemos hacer valer nuestro derecho y esto ya está pasando”

Política, esa palabra que muchos han querido teñir negativamente y que es en verdad ese proceso de toma de decisiones de una comunidad para que todos, todas y todes podamos tener los mismos derechos y no tener que luchar tanto contra viento y marea, como luchó Nicole.

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