Se crío en Parque Johnston mirando a su hermana bailar y esperando su turno y éste le llegó con mucho esfuerzo. Los pasillos de la Escuela N°43 no le alcanzaban para hacer piruetas y empezó su formación de danza clásica a los 9 años tomándoselo muy en serio como si fuera mayor.
A los 15 su vida le cambió por completo cuando estando de visita en Capital hizo una audición ante un bailarín ruso que comenzó a entrenarla como si fuera de la familia, de ahí al cielo, hubo pocos metros.
Ese es su gran talento, estar en las alturas, y ahora le agregó a los shows que realizó por el mundo de la mano de la compañía japonesa “HappyDreamsCircus” un espectáculo con aros hula-hula con fuego. “No es fácil como parece, a pesar de pasar mayor tiempo colgada en los aires, este nuevo acto es todo un desafío”, resalta.
Antes de viajar por el mundo y tocar países de los cinco continentes Marine Maineri trabajó en el elenco de Flavio Mendoza y fue parte del elenco del Circo Servián. Esto le permitió conocer el país y ahora el mundo: “Ser artista te brinda la posibilidad de conocer otras culturas y paisajes, dejás de ser un turista”, valora.
Con mucho por recorrer no solo disfruta de colgarse por el cielo sino también de dibujar tocar instrumentos de viento y escuchar jazz. Esta joven de 38 años que tiene mucho por mostrar todavía no sólo encontró la manera de hacer equilibrio en el aire, como la mayoría de los argentinos, pero ganando dinero y disfrutándolo sino también de llevar su arte al mundo del cual todavía siente que puede aprender mucho más.