Proyecto «Una Roca en la Avenida»: Fundamentar y desmonumentar

La autora de esta nota, Valeria Proz, junto a otros docentes de escuelas públicas de Hurlingham, trabajan por la identidad del distrito y ponen en debate la nomenclatura local, llevando adelante el proyecto «Una Roca en la Avenida» desde el que cuestionan la simbología urbana que nos representa, de allí la idea de «desmonumentar» como sostenía Osvaldo Bayer.

Por Valeria Proz

Soy docente de ciencias sociales, profe de historia y geografía y fundamentalmente paisana de Hurlingham. Mi paso como alumna en la ex escuela 10, la secundaria en la Media 5 y 14 años como profe me hacen ver nuestra historia y territorio con ojos privilegiados, no sólo por los recuerdos que me llevan a cada rincón de aquella escuela como si se tratara de un portal hacia al pasado: Su escalera de mármol, el ¡chicxs nos corran que se mueve el piso»!, las evacuaciones por amenaza de bomba, y las caminatas de guardapolvos blancos hacia «el Cosmopolita», o  los terrenos del Urquiza, solo por mencionar algunos.

Siempre viví el entorno en clave histórica, pero no tan consciente-mente como en este presente.

Tal vez por ese motivo les pro-pongo a mis estudiantes año tras año, saltar del libro de texto a la experiencia real con el territorio, a habitarlo y problematizarlo, a descubrir a través de sus vivencias y experiencias cómo es «el espacio habitado», su geografía y raíces his-tóricas.

 

GEOGRAFÍA DE LA PERCEPCIÓN

Comencemos por estar conscientes de nuestra propia cultura.

Soy nieta de inmigrantes del interior correntino, reforzado por mis abuelos maternos, inmigrantes paraguayos de la dictadura de Alfredo Stroessner luego de la travesía del tren barca por el Paraná se asentaron en Hurlingham buscando un mejor porvenir. Crecí escuchando palabras, mezcladas entre castellano y guaraní. Pueblo castigado histórica y culturalmente, el colonialismo europeo, tanto portugués como español, explotó la mano de obra guaraní, causando muerte y destrucción al despojarlos de sus tierras y fragmentar sus territorios a tal punto que con la colonia se sistematizó la prohibición de la lengua guaraní, cabe recordar que esta lengua fue la segunda más utilizada en Buenos Aires en los siglos XVII y XVIII, y que, inclusive, la Proclama de la Junta de 1816 en la Argentina fue redactada en español, quechua, aymará y guaraní.

Un dato que nos trae al presente: la comunidad paraguaya representa a la mitad de los extranjeros que viven en Hurlingham. Según el último censo, el 5,52% de la población de Hurlingham proviene del exterior. Traigo este dato por que formo parte de una generación escolar donde las palabras en guaraní eran utilizadas para burlarse de alguien, donde se colocaba al «indio» de rodillas y pasivo frente a las Conquista de la biblia y la espada; se pintaba con un corcho «al negro», para marcarlo como el distinto.

Donde «paraguayo», «boliviano», «indio», «villero», era insultos. Hoy lo veo con claridad, son las «distintas caras del racismo», que nos instalaron y estereotiparon históricamente, y que naturalizamos por desconocer nuestra propia historia y cultura. Entonces…

¿Cuándo borraron nuestra memoria histórica nativa y cualquier tipo de identificación y empatía con los pueblos que habitaron estas tierras antes que nosotros? ¿Cómo se abonó la idea de la Argentina blanca y europea?

¡Incluso! la de una «Hurlingham inglesa». ¿Cuál es nuestra identidad local? ¿Cómo la construimos?

 

UNA ROCA EN LA AVENIDA

Los nombres de las calles no son aleatorios, sino que representan señas culturales de una ciudad y su historia.

Reflejan un «manifiesto» sobre sus valores culturales, sociales y políticos.

Los nombres de las calles nos pueden contar mucho sobre la historia y cultura de los pueblos.

El discurso histórico, como cualquier otro, no es neutro ni refleja la realidad de modo objetivo. Detrás de un discurso, siempre hay un enunciador que se sitúa en un lugar y en un tiempo concreto  y, desde allí, sólo presenta su percepción sobre determinado evento (Cassany, 2005). Esta visión de la realidad está necesariamente emparentada con sus intereses, sus propósitos y con el campo de valores que sirve como contexto.

El discurso sobre el pasado aborigen se desarrolló de forma compleja a lo largo de la historia. La clase dirigente consolidó una visión particular del mundo indígena que cuajó con la expresión de «Desierto» y que subyace a los procesos de construcción de la identidad Nacional. (Isabelino Siade: Ciencias sociales en la escuela).

En este sentido se invita a las escuelas públicas de Hurlingham, a los profes, a los estudiantes, a la comunidad toda a pensar un tramo de la historia Argentina que va desde la etapa del poblamiento originario hasta el denominado «proceso de construcción del Estado-Nación». Entendiendo a dicha etapa en situación de tensión entre dos cosmovisiones diferentes respecto del «habitar» el territorio entre el Estado Nacional en expansión y los habitantes originarios de las tierras de nuestro  continente.

Tensión explicitada finalmente en la denominada «Conquista del Desierto», en el exterminio y aculturación de estos pueblos. También proponemos reflexionar acerca de la nomenclatura urbana que nos representa (Av. Julio A. Roca) y la necesidad de modificar su denominación conforme a la evolución de los valores y sus resignificaciones actuales.

Una Roca en la Avenida es un proyecto de reparación histórica, para pensar la historia desde la cosmovisión e historia de los pueblos preexistentes. Poner bajo «lupa» la construcción de nuestra identidad nacional y local y así cuestionar la simbología urbana que nos representa. Este impulso demanda un trabajo colectivo de resignificación por los nombres y símbolos de nuestro territorio.

Hay monumentos, nombres de avenidas, plazas… figuras inmóviles que expresan los valores e ideologías de una época.

¿Nos siguen representando esos valores? ¿Qué nos dice de nuestra historia y de nosotros la nomenclatura urbana? ¿Quién fue Julio Argentino Roca nombre de nuestra principal avenida? ¿Quienes fueron nuestros habitantes preexistentes? ¿Cómo debería llamarse la avenida?

Entendemos que el respeto por los pueblos y culturas que conformaron y conforman nuestro territorio, la necesidad de la reparación histórica, resignificar los DDHH en clave histórica, la necesidad de comprender quién fue Julio Argentino Roca y su política de exterminio con los pueblos originarios, son razones suficientes para repensar y resignificar el nombre de la Av. Roca, de nuestra localidad por uno que represente nuestro tiempo histórico y valores.

El proyecto ya empezó a motorizarse en la EES N 4, EES N 2, EES N 12 y esperamos a partir de la difusión e invitación que se sumen más escuelas luego del receso.

Cada escuela que se sume adaptará el proyecto, se promoverán instancias de intercambios entre escuelas para compartir las experiencias de trabajo, como encuentros con invitados especiales.

Por fuera de las escuelas se impulsará la creación de una «Comisión Grande», con docentes coordina-dores y otros actores sociales que apoyen y motoricen el proyecto en la comunidad.

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