Acuña, con el látigo y la billetera

 

Acuña, hector toti varela, mauricio gonzalez, pablo lópez, jonatan castro, adrian gonzalez, marcelo pardo, jorge valenzuela y otros, foto provista por UNA

Por Rody Rodríguez. (@rodriguezrody).

Cuando el Frente para la Victoria volvió a consolidarse como la fuerza política con mayor respaldo ciudadano, y el PRO de Mauricio Macri se perfiló como la principal opción opositora, Sergio Massa se dio cuenta que su sueño de ser presidente se desvanecía. Trató de diferenciarse criticando a sus dos adversarios diciendo que estaba dispuesto a “pelear contra el látigo (del gobierno nacional) y la billetera (del PRO)”.

El massismo trató de instalar la idea de que el Frente para la Victoria maltrata a sus dirigentes, y que en lugar de convencerlos, los amenaza. Y que el PRO convence a fuerza de dinero, suponiendo que los que están en el partido amarillo lo hacen por conveniencia económica, no por convicción ideológica.

Luis Acuña fue uno de los que con más entusiasmo usó ese latiguillo. Cuando tenía la suerte de que algún periodista lo entrevistara, expresaba con su típico gesto adusto que él estaba dispuesto a enfrentar y ganarles a los que hacen política con la billetera y el látigo.

Pero, no faltará el que parafraseando las sagradas escrituras, diga: “¿Por qué miras el látigo que hay en el ojo de tu hermano y no ves la billetera que está en el tuyo?”.

Es que las últimas acciones del intendente Acuña, están vinculadas a un modo de hacer política que él mismo suele reprochar en público.

El contexto nacional y provincial no lo ayuda a Luis Acuña. Los días pasan y el nerviosismo aumenta.

Ese nerviosismo se nota en el maltrato hacia militantes y empleados. Fue muy comentada una reunión con trabajadores de barrido y limpieza y recolectores de residuos de la Empresa Martin y Martin, en la Sociedad de Fomento de Barrio La Juanita, en Villa Tesei, donde hubo gritos y amenazas de despido si perdía las elecciones. De las ofensas y agravios que reciben los trabajadores (y los funcionarios) municipales, no tanto de él, pero sí de su secretaria estrella, Verónica Pérez, hay innumerables historias. Ahí apareció el látigo… ¿Y la billetera?

 

Luis Acuña además de querer contener con rigor lo que queda del acuñismo, también necesita sumar y para eso nada mejor que encontrarse con voluntades siempre dispuestas a cambiar de barco en medio del río.

El intendente se mostró feliz de poder incorporar a sus filas a algunos nombres que estaban acompañando al candidato a intendente de Cambiemos, Lucas Delfino, es el caso de Héctor “Toti” Varela, candidato a quinto concejal por ese espacio, quien luego de ver frustrado su intento de sumarse al Frente para la Victoria, viró para el lado de Acuña y muy suelto de cuerpo dijo: “la única alternativa contra la Cámpora y el Frente Para la Victoria es Luis Acuña”.

El intendente también sumó al dirigente del partido FE del Momo Venegas, Mauricio González, que está en la lista de Cambiemos como cuarto concejal. Además de otros nombres que forman parte del esquema de Varela y de FE.

Acuña sabe que más allá de algún aprovechamiento mediático, la incorporación de estos ignotos personajes de la política, no le suma absolutamente nada, por eso, buscó denodadamente quebrar la voluntad del propio Lucas Delfino y de su primer candidato a concejal, Alfredo Carrasco.

Pero no es fácil la acumulación política cuando no hay cuestiones ideológicas que encanten. Y cuando la política no convence están los que ofrecen a otros recursos, sin “Precios Cuidados” ni “Ahora 12” que valga.

Acuña hizo un esfuerzo notable para el que candidato a intendente del PRO y su primer concejal tomen un camino distinto en su insipiente carrera política. Dicen que un coqueto lugar de San Isidro fue el escenario en el que Acuña intentó dar millones de argumentos para lograr que los jóvenes macristas resignaran sus ambiciones electorales para permitir que el alcalde pueda llegar al 25 de octubre enfrentando solo a Zabaleta.

No tuvo suerte. No solo recibió un “no” como respuesta, sino que además, en la noche del lunes, Lucas Delfino y Alfredo Carrasco doblaron la apuesta y en una cena en el Hurlingham Club se mostraron no solo con la candidata a gobernadora María Eugenia Vidal, sino pesos pesados del macrismo como Rogelio Frigerio y Cristian Ritondo, además de varios partidos y agrupaciones políticas que hicieron público su apoyo a la lista del PRO.

Los macristas locales están contentos con la campaña que están desarrollando. Incluso creen que las denuncias que debilitaron a Macri no les hacen mella en Hurlingham. Tampoco la operación mediática de Acuña parece afectarlos. “Nadie del PRO va a hacer acuerdos con Acuña”, afirman y confían en superarlo en las urnas en las elecciones generales.

Billetera, látigo, pegatina de afiches, críticas despiadadas contra su adversario, caminatas diarias, todo parece ser insuficientes para que Luis Acuña revierta un panorama electoral adverso. En realidad la receta más efectiva sería poder hacer en cuatro semanas lo que no hizo en cuatro años. Tarea nada sencilla parece.

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