Después del 10 de diciembre de 2019, llega el 11 de diciembre del 2019

Por Rody Rodríguez.

Los cambios de gobierno en Nación y Provincia provocan ansiedad. Todos, los que ganaron y los que perdieron las elecciones, saben que se avecinan cambios profundos. Lo que no todos tienen claro es cuando esos cambios surtirán efecto.
Están quienes creen que al otro día de asumir Alberto Fernández y Axel Kicilllof y de que reasuma Juan Zabaleta viviremos de manera muy diferente. Y es cierto que ese día habrá vidas alteradas. Y están también los que tienen alterado el calendario.
Entre los que ganaron están los dirigentes que formaron parte del último gobierno de Cristina Kirchner que sueñan con volver al 2013, sin advertir que «pasaron cosas». Están también los que gobernaron con Néstor Kirchner, hoy figuras que vuelven a brillar gracias a la amplitud del Frente de Todos, que creen que el almanaque puede retrotraerse al 2008.
Y están muchos de los nuevos dirigentes que ya viven el 2023 con notable intensidad, pensando en lo que van a hacer ese año antes de saber que será de sus próximos días.
Mientras que en el macrismo, que sigue con la inercia de una novedosa campaña peronizada, empiezan a imaginar que el cambio es posible, y que Mauricio Macri lo puede liderar como en el 2015.
Los radicales no se quedan atrás. Están los que se ven encabezando un remozado frente electoral como en 1999 o formando parte de un nuevo movimiento histórico como en 1983, esta vez detrás del peronismo.

La realidad es que el día después del 10 de diciembre de 2019, viene el 11 de diciembre de 2019. No será diciembre del 83, ni del 99, ni 2008, tampoco del 2013, mucho menos del 2015 ni del 2023.

Llega una Argentina irrepetible. Que deberá ser vivida, sufrida o disfrutada día a día. Es el tiempo de ocuparse del ahora. La atención de las urgencias no puede distraerse con remembranzas ni con planificaciones anticipadas en demasía.

En el macrismo además de añorar un poder del que abusaron durante 4 años, deberán definir quienes son los verdaderos padres de la derrota antes de que terminen siendo los abuelos de la nada.
El peronismo, de vuelta en el poder, debe tratar de no caer en la costumbre de incubar su propia oposición para que el Frente de Todos siga siendo de Todos y no el Frente de Algunos.

Pero por sobre todas las cosas, la preocupación prioritaria, es el padecimiento de millones de argentinos que sufren las consecuencias del descalabro provocado por el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Esos argentinos si quieren que el calendario se adelante, porque se les va a pedir una paciencia que no pueden tener por más que quisieran, pero tienen esperanza, y entre las cosas que esperan es que los dirigentes sean concientes del tiempo en el que viven.

 

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