Después de décadas esperado ser coronado rey, Carlos -en el crepúsculo de su vida-, es el nuevo soberano británico, y en la Abadía de Westminster, en medio de una fastuosa ceremonia, sintió sobre su cabeza la espectacular corona de San Eduardo, que solo se lleva en el momento de la coronación de los monarcas del Reino Unido.
El siempre cuestionado príncipe ahora es el rey Carlos III, el mismo que hace 24 años, siendo príncipe de Gales, visitó Hurlingham para jugar un partido de polo.
El portal www.pololine.com recuerda ese día en una nota de Andrés Ugarte Larraín, que entrevistó a José ‘Pepe’ Santamarina, Vicepresidente del Hurlingham Club y protagonista ese 10 de marzo de 1999.
Pepe Santamaría contó que: “Todo surge a partir de una invitación que le hace el club para venir a jugar, y él acepta. La idea era jugar una práctica. Él invita a los Heguy, que los conocía porque jugaban para el Sultán de Brunei. Y el equipo lo debía completar un jugador militar, y juega Mariano Cabanilla (…) Más allá de que era una exhibición, nosotros preparamos una Copa para darle un marco aún mayor al partido, la grabamos y todo. Pero recuerdo perfectamente que cuando Carlos viene, nos trae una copa ya grabada, con la leyenda “The Prince of Wales Trophy”. Fue un trofeo que trajo él y que, a partir de ahí, se empezó a disputar todos los años en el Hurlingham Club en su honor: la Copa Príncipe de Gales”.
Varios miembros de la Familia Real jugaron al polo en Hurlingham, el primero fue el Príncipe Eduardo de Windsor en 1925, quien 10 años después fue el Rey Eduardo VIII. En 1966 fue el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo y podre de Carlos, el que jugó y llegó a la final del Abierto de Hurlingham.
Eduardo Heguy, uno de los más grandes de polo del mundo, fue uno de sus compañeros de equipo aquel día y en la nota de Pololine rememoró:
“Habíamos jugado varias veces con y en contra de él en Inglaterra, en torneos como la Copa de la Reina o la Copa de Oro, durante los años en los que a él lo dejaban competir. Recuerdo que en aquel año la joyería Asprey, que era sponsor de Chapa 1 y Chapa 2, nos pidió que le prestemos caballos junto con Pepe Santamarina, y que juguemos con él. En esa época veníamos jugando en Brunei, jugábamos con el Sultán y con el Príncipe Jefri, contra el equipo de él; eran amigos y era un clásico que tenían entre ellos”.
José Ignacio Pepe Araya, otros de los jugadores que participaron de ese juego, dijo sobre ese día: “Fue un honor para mí, por donde lo mires. Jugué 11 años en Beaufort, también jugué con los chicos, con William y Harry. Siempre los recuerdo como personas muy simples. Carlos tal vez era un poco más formal, pero siempre se acercaba para charlar durante las entregas de premios y antes y después de los partidos”.
Pepe Santamaría agregó: “El día del partido llegó en helicóptero, y luego de aterrizar fue a cambiarse al club house, a un cuarto al que se lo ha renombrado como ‘El cuarto del Príncipe’, que era el cuarto 11. Y, de ahí, fue directo para la cancha” y recordó también que “una vez que terminó el partido, y después de la entrega de premios, hubo una recepción en el club, un cóctel, con más de 1000 invitados. Me acuerdo de que se quedó un rato largo, se divirtió, habló con la gente. La verdad es que estaba encantado, la había pasado muy bien”.
Más de 1500 personas fueron al club ubicado frente a la estación Rubén Darío, para presenciar ese partido entre el Windsor Park, (equipo en el que jugó el actual Rey Carlos III, junto a Eduardo Heguy, Horacio Heguy y Mariano Cabanillas) y el Hurlingham Club, (formado por Pepe Santamarina, José Ignacio Araya, su hermano Santiago y Mariano Zimmermann).