Los mejores y los peores


Por Víctor Stefanoni* | En nuestro país no existe legislación que impida el acceso de los peores a los gobiernos.
Lamentablemente, las listas sábanas se prestan para esconder a los “kakistócratas” (del griego “kakistoi”), los peores, y “kratia”, gobierno.
Por ello, es necesario que los ciudadanos dediquemos algún tiempo en el análisis de las ofertas electorales para evitar ser sorprendidos en nuestra buena fe al creer, ciegamente, en el rótulo partidario de nuestros amores.
Los “kakistócratas”, es decir los peores, se filtran, habilidosa y desapercibidamente, aún en las agrupaciones más pulcras y transparentes.
La vida pública, la política no es diferente de la privada. Las mismas virtudes y los mismos defectos son patrimonio del ser humano. Nadie es honesto por ser gobernante ni nadie llega a ser gobernante por el solo hecho de ser honesto.
No existen una moral pública y otra moral privada. La moral es una sola y el ser humano, en este aspecto, es indivisible.
Lo deseable es que gobiernen los buenos y los honestos. Y lo difícil es lograr que los buenos y los honestos lleguen a los gobiernos.
Obviamente, vimos, a través de la historia, que han llegado a los más altos poderes mundanos algunos de los peores. Por supuesto, también llegaron algunos de los mejores.
Tendremos que estar muy atentos y vigilantes para lograr que, en el futuro, los mejores sean mayoría y para tener la fortaleza y decisión para expulsar a los peores y deshonestos.
Sobre todo, aquí en Hurlingham.
*Ex Concejal UCR.

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