Radicales… ¡hablemos en serio!

Víctor StefanoniPor Víctor Stefanoni Ex Concejal de la UCR ||

Decíamos que la Unión Cívica Radical, su sigla, su filiación, representó, desde el fondo de la historia, su larga lucha para conquistar y afianzar su personería y su carácter indeclinable de corriente política orgánica y social, representante de lo popular, del federalismo y de la libertad.
Criticamos aquel error histórico, a nuestro humilde criterio, de 1946, cuando borraron la histórica sigla, UCR, y los radicales antipersonalistas la mezclaron con el comunismo y el socialismo independiente golpista en la Unión Democrática de Braden y la “concordancia…”.
Nunca estuvimos de acuerdo con la participación de la UCR en esos conglomerados multipropósitos de los últimos tiempos, UDESO, FAP y FAUNEN, que nos desdibujaron la noción de lo que significa un partido político institucionalizado, instalando en el imaginario colectivo la errónea idea de que estas son agrupaciones sólo con liderazgos personales, ineludiblemente transitorios y, finalmente, fracasados.
Afortunadamente, el pasado lunes 17 de noviembre, en San Fernando, a orillas del leonado río y haciéndole honor a un apetitoso asado criollo a punto y generosamente rociado, se reunieron unos ochenta precandidatos radicales de todo el país para considerar el “rumbo partidario”. Esta no fue una reunión de la Convención Nacional ni del Comité Nacional de la UCR, organismos que en los últimos tiempos sólo existen en la Carta Orgánica y en la imaginación de algunos utópicos radicales, sino una “cumbre” de dirigentes autoconvocada por el espanto de pensar en que, de continuar en el equivocado “rumbo partidario” seguido hasta hoy, sus actuales espacios y sus futuras candidaturas tendrían un desenlace no muy feliz.
Luego de seis horas de intensas deliberaciones, todos los precandidatos salieron contentos y con las esperanzas renovadas: podrán, en sus respectivos dominios, realizar “acuerdos patrióticos” para todos los gustos: con el Frente Renovador, con el PRO, con el “Frente para la Vic…”. No, no, con este todavía no…
Por lo menos y esto fue lo positivo, de taquito, y luego de darse ánimo y convenientemente entonados entre sí y elevando a los cielos el imperativo vocacional de los últimos tiempos: “¡¡¡reflexionemos!!!”, los pro hombres radicales decidieron retomar la histórica sigla partidaria: Unión Cívica Radical, poner en su lugar al histórico Partido Socialista y enviar a la búsqueda de un destino mejor a los cineastas, a los “libres” de todos los puntos cardinales de la Rosa de los Vientos y a las gen…tes como uno…, sin perjuicio de seguir “militando” junto a tan preclaros y progresistas actores políticos…pero, cada uno en su lugar.
Con respecto al histórico Partido Socialista se le quiso decir, entre líneas, que dejen de proclamar y jactarse de que poseen “fuerzas” en tod o el territorio nacional y se ocupen seriamente de gobernar, (hoy se dice “gestionar”), la Provincia de Santa Fé, hoy convertida en la Disneylandia de la corrupción, de la trata y el narcotráfico, en medio de novedosas e inéditas situaciones: jueces que deben mudarse continuamente de domicilio ante las amenazas de los traficantes y niños que concurren a la escuela abrigados con confortables y elegantes chalecos… ¡antibalas!
Sin ánimo de escandalizar a correligionarios y ajenos, quiero dejar constancia que estoy de acuerdo en un ochenta por ciento, con las sabias, suaves y equilibradas expresiones y actitudes, de la Dra. Elisa Carrió.
Creo que el -algo impetuoso y desordenado pero auténtico-, proceder de la Dra.Carrió, ha puesto un poco de orden en el tortuoso panorama político nacional, ha contribuido al principio de un ordenamiento del radicalismo y nos hizo vislumbrar el único rumbo correcto para encarrilar a la República: la unidad de todas las fuerzas políticas democráticas.
Con referencia a la claque de correligionarios/rias que, es probable, comience a tuitear loas y bendiciones hacia mi persona, debo decirles, fraternalmente, que, habiendo ya errado en el fallido episodio del famos o cuadro del Dr. Frondizi, que felizmente está nuevamente colgado en la sede radical local y en el relato escandaloso e injusto que instalaron en torno a la más grande conquista de Hurlingham de los últimos tiempos, luego de la Autonomía Municipal, la Universidad Nacional de Hurlingham, debo decirles que, una vez más perderán una magnifica oportunidad de cerrar el pico y quedarse en el molde… perdón por la grosería.
Por último: por si algún correligionario/ria, vuelve a tener la genial idea, como aquella del paciente y obligado vacacionante en Valencia (España), de expulsarme, nuevamente, de la Unión Cívica Radical, exilio que duró más de 10 años, debo decirle: primero, no voy a apelar a la Convención Provincial del Partido porque, para mí, nunca existió; segundo, no me preocuparía, como nunca me preocupó, una nueva separación y tercero para seguir siendo radical no hace falta una ficha de afiliación, sino estar convencido y orgulloso de ser fiel a los legados de hombres probos como Além, Yrigoyen, Alvear, Elpidio González, Frondizi, Illia, Balbín, Alfonsín y tantos otros miles de argentinos, conocidos o ignorados, que honraron, sin renunciamientos, los principios radicales y la gloriosa bandera del Parque.

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