¿Tenis en canchas de césped? Solo es posible en Hurlingham

El Hurlingham Club es el único club de todo el país en el que se puede jugar al tenis en canchas de césped. A lo largo de la historia, muchos tenistas argentinos y sudamericanos se han preparado en el Oeste de cara a la gira inglesa que culmina con Wimbledon.
“El pasto es para las vacas”, comentó alguna vez risueñamente Guillermo Vilas. El Gran Willy solo tuvo una deuda pendiente en su exitosísima carrera: ganar Wimbledon. La realidad es que el Grand Slam británico siempre fue una meta inalcanzable para los tenistas nacionales más acostumbrados a los puntos largos, las batallas y las medias anaranjadas del polvo de ladrillo.

Sin embargo, existe un lugar en Argentina donde el césped compite de igual a igual con el polvo de ladrillo. En el Hurlingham Club, ubicado en Julio Argentino Roca al 1400, cuenta con 6 canchas de hierba y otras 12 de clay. “La tradición del tenis en el Hurlingham Club se centra en nuestras canchas de césped. Son las únicas que existen en el país y por eso, desde las primeras épocas, los grandes jugadores del tenis local entrenan aquí previa a su participación en Wimbledon”, explicaron en la página web del diario.

Este año, el argentino Guido Pella entrenó junto al peruano Juan Pablo Varillas de cara a Wimbledon. La hierba es la superficie que más complicaciones le trajo a los argentinos a lo largo de la historia y, al estar presente en una pequeña parte del calendario, no se realizan extensas pretemporadas bajo estas condiciones.

Al llegar junio, todo cambia, y los tenistas que se encuentran en el país, eligen Hurlingham para comenzar a adaptarse a la superficie tan temida. A diferencia del polvo de ladrillo, con piques más altos y cuya superficie permite puntos más largos, el césped genera un pique más bajo (el más rápido de todos los suelos), lo que obliga a los deportistas a cambiar su juego. De los largos peloteos de fondo característicos de las canchas naranjas, se pasa al saque y la volea tan usados en el suelo verde.

Las canchas de césped, además, tienen otra complicación: su cuidado debe ser mucho más intenso que el de otras superficies. Esto es otro motivo que impide que otros clubes proliferen este tipo de courts. Todos los años se realizan torneos internos entre los socios del club en ambas superficies y esto genera que, a pesar de las dificultades mencionadas, el tenis sobre césped se siga disputando en el país.

“Nuestros socios siguen manteniendo aún hoy el espíritu blanco del deporte, utilizando en su mayoría indumentaria de ese color, y por supuesto las tradiciones del “fair play” que han sido un símbolo distintivo del club a través de los tiempos”, detallaron en la web del club.

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