Benjamín Aguirre tiene 7 años, sufre un cáncer de huesos irreversible. Pero en su casa de William Morris, donde vive con sus padres y sus dos hermanas, no le importó el dolor de esa maldita enfermedad y disfrutó el bicampeonato logrado por Boca y le dijo a su papá Ramón, que soñaba con conocer a Carlitos Tévez.
Y el lunes pasado cerca de las 8 de la noche, Benja cumplió su sueño, y vivió como un verdadero milagro ver entrar a su habitación al delantero de Boca, con una camiseta de regalo.
Pocos días atrás Benjamín estuvo internado en el Hospital Posadas por una fractura de su cadera izquierda. En setiembre de 2016 le diagnosticaron el cáncer, por lo que sufrió la amputación de su pierna derecha. Los médicos dijeron que ya nada se podía hacer. Su estado es irreversible, la enfermedad se propagó y comenzó a afectar a otros órganos. «Hizo quimioterapia y pensamos que se había curado. Pero lamentablemente esto no pasó y hace dos semanas se quebró la cadera porque ya no tiene calcio en los huesos. Ya no hay nada que hacer», relató Ramón, su papá, al diario Crónica que siguió de cerca la historia de Benja.
La llegada de Carlos Tévez llenó de alegría y de emoción a Benjamín. Con esfuerzo, con su pierna derecha aún enyesada, se abalanzó sobre el Apache para abrazarlo. «Vos sos mi ídolo», le dijo el nene, y el astro xeneixe respondió «No, vos sos mi ídolo».