«Tiempo de construcción»: la opinión de Gustavo Zapata de la CTA

Es un lugar común distinguir lo fácil que es destruir y lo complicado que es construir un acuerdo social que logre alinear intereses, cuando algunos de ellos dependen del sometimiento de unos y garantizar la ganancia impune de otros.

En estos escasos mes y medio se han desplegado políticas reparadoras, se buscó estabilizar costos básicos y tranquilizar una economía que hasta octubre de 2019 estaba asfixiada y condenada. “Calmar y generar confianza en los mercados” es una etiqueta que sirve para llenar la publicidad de las empresas mal de los autodenomidados “programas televisivos y radiales periodísticos”. Pero este eslogan de venta fácil (¿quién sabe quiénes son “el mercado”?, qué significa “confianza”?) es opaco a un/a desocupadx, jubiladx, menor subalimentadx, madre soltera, trabajador precarizado, empobrecido … larga lista de otros invisibles en el escenario mediático, salvo cuando se habla de delitos menores o abusos masivos.

Tapar el agujero de la deuda provocada/robo planificado por fuga de capitales, llevará tiempo. Y habrá poco para repartir, acariciar, abrazar, resolver… menos para erigir, hacer obras, reparar escuelas y hospitales, invertir en salud, educación, vivienda…Por eso deberemos proteger cada peso y cada gesto a favor de los dañados, los olvidados o abiertamente damnificados por las políticas macristas.

Eso implica paciencia y crítica orgánica, buscar decir lo que no funciona en los ámbitos donde sirva para proteger las políticas reparadoras. Gritar desaforadamente el dolor de lo que falta, de lo que no funciona, de lo que se rompe… y no hay para solucionar, será una tarea antipopular. Plantear las dificultades en el espacio político adecuado, acercar ideas y poner el hombro para superar la dificultad una tarea patriótica. Y será una actividad para la que nos estamos acostumbrados, pero que deberemos aprender al galope, porque lo que esta en juego es no sólo salir de la crisis, evitar y desarmar cada mina y problema sembrado adrede por el neoliberalismo pro especulador dolarizante, sino tapar el bache, armar los cimientos y levantar las paredes ladrillo a ladrillo para la casa común.

Las mesas de consenso que venimos sosteniendo y amalgamando en cada distrito de la provincia de Buenos Aires son el ámbito donde hacemos los pininos de este acuerdo social, donde pensamos colectivamente perspectivas, armonizamos agendas, discutimos urgencias y contradicciones secundarias y ponemos lo disponible al servicio de tareas colectivas. Esta práctica es el germen de una gestión participativa que se viene gestando en mesas y consejos locales de varios temas: niñez, hábitat, gremiales…y puede avanzar a movimientos sociales, género, discapacidad, juventud, adultos mayores… cada colectivo en el que se jueguen el destino de sujetos sociales puede convertirse en un espacio donde se discutan políticas y se acerquen ideas a los ejecutivos apremiados por la escasez, pero con voluntad de compartir el camino solidario conciente y las soluciones comunitarias.

Las trabajadorxs organizadxs tenemos la obligación de aportar nuestra experiencia, que hace rato ha pasado de la lucha sectorial corporativa a asumir las necesidades colectivas y la defensa de los derechos sociales con todas las herramientas, desde la movilización y los frentes sociales hasta la articulación de la calle con la agenda parlamentaria. Ha llegado el tiempo de la cogestión, de ser parte de la acción de gobierno desde el lugar que cada uno elija, sin necesidad de cargos y/o con ellos, pero principalmente amasando y sumando harina al pan que alimente este camino de la reconstrucción nacional.

Gustavo Zapata

Secretario General de la CTA Morón, Hurlingham e Ituzaingó

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