NOTA DE OPINIÓN DE PABLO DEL VALLE.
Al cumplirse el pasado 26 de julio, 66 años del fallecimiento de Eva Perón, Pablo Del Valle recoge recoge una de las consignas de Evita, en la que plantea algunas definiciones del peronismo (una fuerza que nutre en el análisis de los hechos, por ejemplo) y desarrolla en su nota de opinión la cualidad del peronismo en evolucionar de acuerdo a las necesidades ciudadanas. El autor habla de la capacidad de responder con respuestas nuevas a las preguntas nuevas.
Las construcciones políticas responden siempre a determinadas condiciones históricas. Las fuerzas o dirigentes que son capaces de interpretar mejor las necesidades y, también, los anhelos, los sueños y los deseos de un Pueblo en un momento dado, son quienes resultan depositarios de la confianza popular para liderar los procesos.
En ese sentido, el peronismo tuvo en la historia reciente de nuestro país, diferentes matices, rostros o versiones, cada una de las cuales responde a distintos procesos históricos y aún a distintas territorialidades.
No es lo mismo el peronismo del interior que el de la Provincia de Buenos Aires, y no es lo mismo en Buenos Aires, el del Conurbano que el del interior provincial. Cada uno representa lo que debe representar y está en la conducción central la responsabilidad de sintetizar esas diferencias en un proyecto colectivo que proponga el desarrollo nacional con inclusión social.
Esos matices territoriales son también matices temporales, no es el mismo peronismo el del 45 que el de los 70, ni que el de los 80 o los 90, ni mucho menos que el de los 12 años de Néstor y Cristina. Y no lo es, porque el peronismo nunca es igual a sí mismo.
Lejos de ser una carencia, como suelen apuntar los gorilas, lejos de ser pragmatismo, como suelen apuntar los arribistas, el sentido de la evolución del peronismo está en el eje del pensamiento de Perón y es una de las claves de la vigencia del peronismo a lo largo del tiempo.
Lo que se sostiene firme son los valores, los principios rectores, el sueño de una Patria Justa, en la que hombres y mujeres se desarrollan y son felices en una Comunidad que también se desarrolla.
Esa capacidad de responder con respuestas nuevas a las preguntas nuevas, hace que el peronismo se mantenga siempre joven mientras asistimos al envejecimiento de otras fuerzas políticas a lo largo del tiempo.
Tal es el caso de la Unión Cívica Radical, que durante 60 años, expresó conceptualmente la defensa de las instituciones, de la República y de la democracia, que tuvo su punto culminante en 1983 con el triunfo de Raúl Alfonsín.
La aceptación de la democracia como valor respetado por todos los argentinos, adoptó en el peronismo de los 80 el formato de la Renovación Peronista que la incorporó a la práctica política peronista.
Este hecho dejó al radicalismo sin la exclusividad de esas banderas que lo hacían necesario y los obligó a buscar en su ideario respuestas a otras preguntas, porque la pregunta sobre el valor de la democracia ya no se la formulaba nadie.
No es ninguna casualidad, que luego del 83, la Unión Cívica Radical nunca volvió a gobernar el país, salvo en el formato de coaliciones: como cabeza de la Alianza en el 99, y ahora como cola de la Alianza Cambiemos.
Las nuevas agendas sociales, las nuevas tecnologías y las nuevas preocupaciones de nuestro Pueblo, requiere de nuevas respuestas, nuevas síntesis, nuevas interpretaciones y una nueva versión del peronismo.
De nada sirve angustiarse con las autocríticas sobre lo que nos faltó o volverse loco con aquellas cosas que no fuimos capaces de hacer, lo que no significa descartar a la reflexión política como elemento útil para no repetir errores.
Pero tenemos que tener en claro que nunca la realidad se va a presentar igual, con lo cual mucho mejor que intentar reconstruir aquel frente que tuvimos, es ponernos a trabajar en lo nuevo: el frente político y social con el que vamos a construir un futuro mejor para todos los argentinos.
En la semana en que se recuerda el paso a la inmortalidad de Evita, resuena en la memoria de los compañeros aquella consigna de quien constituye el mayor ejemplo de entrega militante de nuestro Movimiento: “el peronismo no se aprende ni se proclama, se comprende y se siente… nace y se nutre en el análisis de los hechos, en la razón de sus causas y de sus consecuencias. Tiene el empuje y la dinámica de la historia en marcha. Es la conciencia hecha justicia que reclama la humanidad de nuestros días. Es trabajo, es sacrificio y es amor, amor al prójimo”.
Con amor por nuestro Pueblo y por nuestra Patria, con la voluntad de resolver el drama de los que sufren las consecuencias de un modelo injusto, con la certeza de que las condiciones históricas que hicieron del peronismo una necesidad están vigentes, estamos frente a la hora de poner en marcha un nuevo peronismo, como siempre.
Por Pablo del Valle. (Jefe de Gabinete de la Municipalidad de Hurlingham).