Por Rody Rodríguez. No fue una marcha multitudinaria pero fue una manifestación importante. Convocada a través de Facebook y Twitter, algo más de 150 personas, la gran mayoría mujeres, se concentraron el jueves 27 de febrero en Vergara y Pedro Díaz en reclamo de más seguridad.
El predominio femenino fue lógico, porqué fundamentalmente fueron ellas la que sintieron mayor indignación, impotencia y bronca por los casos en los que dos vecinas de Villa Tesei sufrieron violentos abusos hace pocos días.
En las calles hubo muchos policías -tal vez demasiados- para “custodiar” el reclamo por mayor seguridad por el que se había hecho la convocatoria.
El haber elegido la casa del intendente Luis Acuña como destino final de la marcha le dio a la movida más característica de escrache que de “reclamo a las autoridades”.
Tal vez haya sido eso lo que motivó al intendente exigir ese despliegue de la bonaerense.
Los vecinos autoconvocados fueron marchando desde Vergara y Pedro Díaz hasta donde vive el alcalde, y allí se encontraron con el concejal del Frente Renovador, Vicente Constantino.
Algunos pensaron que el concejal se había tomado muy en serio su papel de representante del pueblo y se acercó hasta ese lugar para acompañar a los vecinos y solidarizarse con su reclamo.
Pero cuando una de las vecinas le preguntó para que estaba allí, respondió: “estoy cuidando la casa de mi jefe”.
La respuesta demuestra por un lado la honestidad y lealtad brutal que este concejal, que además controla el obrador municipal, tiene para con “su jefe”, y por otro lado desnuda la total despreocupación que tiene por las demandas de la gente.
Constantino ignora por completo el rol que tiene que cumplir como concejal, aunque tal vez Vicente cree que cumplió correctamente con su trabajo. Seguramente está convencido que su obligación es la de cuidar al intendente y no preocuparse por los vecinos. Es probable que Vicente Constantino suponga que el sueldo que cobra como concejal es en pago por proteger a su jefe.
Pero digamos algo a favor del concejal acuñista: Los más principistas podrán decir que el pueblo eligió a Vicente Constantino para ser legislador y no “protector”. Pero todos sabemos, -Constantino también-, que a él no lo eligió el pueblo, lo eligió Acuña y esa decisión merece la gratitud, la lealtad sin límites y la protección de Vicente hacia «su elector».
Pero peor que la confusión sobre las misiones y funciones que debe tener un concejal, fue el reconocimiento de Constantino cuando admitió que estaba allí para cuidar al intendente ¡de los vecinos!.
¿Se entiende bien?: La comunidad de Hurlingham tiene miedo y reclama seguridad y el concejal Vicente Constantino teme a los vecinos y por eso le da seguridad al intendente.
Es el municipio del revés y es muy triste.