A 150 años del nacimiento de William Morris

William Case Morris

Por Gabriela Chamorro. El 16 de febrero 1864 nació Williams Case Morris, filántropo y educador inglés. En su homenaje fue bautizada con su nombre una de las localidades de Hurlingham

Cuando bautizamos a un hijo con un determinado nombre siempre hay motivos que lo avalan: puede ser por  alguien que admiramos muchísimo, un deportista, el personaje de una novela o una historia apasionante o  incluso una herencia de algún tatara abuelo que pasa de familia en familia y que terminamos de aceptar temerosos de que si no lo hacemos nos sobrevenga alguna desgracia fatal.

Sin embargo con los nombres de las ciudades y los barrios el azar se juega de otra manera, más colectivamente y no en forma tan íntima. Pero junto con nuestros vecinos lo aceptamos así,  sin cuestionamiento alguno, como aceptamos su geografía, sus olores, sus tradiciones y sus  ventajas y desventajas.

Que William Morris se llame así es bastante curioso porque la obra de este hombre extraordinario en el país si bien se extendió por distintas provincias y por la Capital Federal no tuvo su epicentro en esta localidad de Hurlingham. Sin embargo, no deja de ser significativo que alguien, haya decidido tomar su nombre para homenajear su constancia heroica en la fundación de escuelas y su amor profundo por los niños.

Fue el 25 de mayo de 1958, que se inauguró la estación del ferrocarril San Martín con el nombre de William Morris, en el barrio que, hasta ese entonces se conocía como Hurlingham Oeste.

Quién era Morris

William Case Morris nació en Soham, Inglaterra el 16 de febrero de 1864 y la muerte muy temprana de su madre, obligó a su padre a trasladarse con la familia a Paraguay y luego a nuestro país a la ciudad de Rosario.

Ya de adulto trabajó en Buenos Aires de pintor y de oficinista pero su formación religiosa, lo llevó a la tarea de servicio y a fundar en La Boca en 1888 la primera escuela para niños pobres.

Ambicioso en su idea de ayudar logró, luego de un viaje a Inglaterra que una sociedad misionera anglicana le solventara parte de los gastos para montar una misión educativa y ya ordenado como pastor de esa Iglesia llevó la palabra de Dios sobre todo a los niños que vagaban por las calles, a los presos y a los más necesitados

Fue abriendo distintas Escuelas Evangélicas en las que, además de estudiar luego se les daba trabajo a los egresados y se los empleaba para repartir libros, ropas, calzado y asistencia médica.

Fundó escuelas, jardines de infantes, institutos de telegrafía, de escritura, de corte y confección y labores domésticas, industriales y de artes y oficios, escuelas nocturnas, hogares para huérfanos y desamparados.

William Morris fue un apasionado por los niños y se ganó el prestigio y afecto de la gente a quien todos veían como un verdadero maestro, que, a pesar de haberse topado con la indiferencia y la incomprensión no interrumpió nunca su marcha en pos de lo que se propuso.  En su lápida hay una frase que refleja el impacto de su vida en muchas personas: “Fue una de esas vidas que dulcemente obligan a creer en Dios”

 “Cuando en el  cielo pasen lista”

A pesar de su sencillez proverbial y la modestia en su acción, o quizás, precisamente por eso, la vida de William Morris fue llevada al cine en blanco y negro. Fue en 1945 y la película dirigida por el chileno Carlos Borcosque y bellamente interpretada por Narciso Ibañez Menta se llamó: “Cuando en el cielo pasen lista”.

El asesoramiento literario para esta obra fue nada menos que de Manuel Mujica Laínez y los cinéfilos detallistas hasta pueden descubrir entre unos chicos en una escena de coro a Leonardo Favio. Además el protagonista del film no solo disfrutó haciendo conocer la obra educadora de quien admiraba profundamente sino que fue galardonado por su trabajo actoral con el premio Cóndor de Plata en 1946.

3 Comentarios

  1. Y eso es un error. El nombre correcto es William (Guillermo) Case Morris. Es frecuente que se cometan estos errores, si fuera un apellido posiblemente sería Williams (que significa «el hijo de William).

  2. En el ferrocarril San Martín los letreros lumnosos en el interior de los vagones, con indicaciones para los pasajeros, indica ¿equivocadamente? como Williams, sí con una S, el nombre de este filándtropo…

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