por Marcelo Félix Solís*
La actual avenida Arturo Jauretche es un reflejo de la historia argentina, con sus cambios de nombre que marcan los diferentes contextos históricos del país. Desde la influencia británica a principios del siglo pasado hasta la dictadura militar y la llegada de la democracia, cada nombre ha dejado su huella en la identidad de la ciudad de Hurlingham.
La actual calle Arturo Jauretche en la ciudad de Hurlingham ha sido testigo de la historia argentina, reflejada en sus tres cambios de nombre significativos. Cada uno de ellos marca un contexto histórico particular que define la identidad de la ciudad y del país.
LA VISITA DEL PRÍNCIPE EDUARDO DE WINDSOR (1925)
En 1925, la ciudad de Hurlingham recibió al Príncipe de Gales, Eduardo de Windsor, heredero del trono de Gran Bretaña, que aprovechó su viaje a Buenos Aires para jugar polo.
El llamado «deporte de los reyes» tenía a Hurlingham Club como el principal escenario en el país. Actualmente la Copa Hurlingham es uno de los trofeos más importantes del polo de Alto Hándicap Mundial. En aquella visita el Príncipe se unió a los jugadores en el campo, demostrando su habilidad y pasión por el deporte.
El Príncipe de Windsor sería recordado en la historia como el rey con menor cantidad de tiempo como monarca y por sus supuestas simpatías con el Nazismo. Era nieto de Eduardo VII, y en reconocimiento a su linaje, la por entonces influyente comunidad británica local, procedió a bautizar a la vía que une a las actuales Av. Vergara y Av. Roca, con el nombre del abuelo del príncipe: «Eduardo VII».
Los vecinos de origen británico aprovecharon la ocasión para, en homenaje a tan «ilustre» visita, modificar la estructura de la calle, con rosales a los costados y dándole un tono colorado al macadán con el que se pavimentó la senda, emulando una alfombra.
La visita del Príncipe Eduardo se produjo en un momento en que Argentina experimentaba un crecimiento económico y simbolizaba la buena relación entre ambos países. En ese momento, Argentina era uno de los principales proveedores de carne y grano para el Reino Unido, y la visita del Príncipe sirvió para fortalecer los lazos comerciales.
La economía argentina estaba estrechamente ligada a la inglesa, sobre todo en lo que hacía a transporte ferroviario. La actual Jauretche, une la estación de Hurlingham -creada en 1890 por los ingleses- con el Hurlingham Club, institución que es propiedad de los británicos, como lo era también el ferrocarril Pacífico, actual ferrocarril San Martín.
«Va Pepe Lui, por la estación Eduardo viiii…», canta Don Ricardo Mollo y deja una huella imperecedera en la cultura-rock.
LA DICTADURA MILITAR (1976-1983)
Con la llegada de la dictadura militar el 24 de marzo de 1976, la calle cambió de nombre nuevamente.
El 28 de mayo de 1979, en una ceremonia llevada adelante en el reconocido espacio de las cinco esquinas, el Intendente de Facto del Municipio de Morón, Comodoro Raúl Pires Apolonia bautizó a la entonces Eduardo VII con el nombre de «Teniente General Aramburu», líder de la Revolución Libertadora que derrocó a Juan Domingo Perón en 1955. El golpe de Estado tuvo como protagonistas principales a Aramburu y al Almirante Isaac Rojas, quien participó del acto.
Redenominación que recibió la adhesión del Presidente de facto Jorge Rafael Videla (un viejo vecino de Hurlingham).
Hubo, como testimonio, una placa conmemorativa del acto, que fuera bendecida por el Obispo Raspanti de la Diócesis de Morón, y en la misma se mencionaba al golpista como «Mártir de la Libertad» (¿?)
Recordemos que Aramburu fue secuestrado y ejecutado por la organización Montoneros en 1970.
La dictadura militar que gobernó Argentina entre 1976 y 1983 fue uno de los períodos más oscuros de la historia del país. La represión y la violencia ejercida por la dictadura generaron un amplio rechazo internacional. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y organizaciones como Amnistía Internacional denunciaron las atrocidades cometidas en Argentina. La dictadura militar también implementó una política de terrorismo de Estado, que incluyó la desaparición y asesinato de miles de personas.
La Avenida Aramburu se convirtió en un símbolo de esa represión y la violencia ejercida por la dictadura.
El nombre era coherente: Aramburu, siendo presidente entre 1955 y 1958, decretó la prohibición de «cualquier tipo de elementos de afirmación ideológica o propaganda peronista e incluso pronunciar el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones ‘peronismo’, ‘peronista’, ‘justicialismo’, ‘justicialista’, ‘tercera posición’, entre otras». Fue el responsable de «ocultar» el cadáver de Eva Duarte de Perón y de ordenar el fusilamiento de 27 personas que, encabezadas por el Gral. Juan José Valle, intentaron una insurrección cívico-militar contra la Revolución Libertadora.
Ah, la placa Recordatoria… fue robada en el año 2010.
LA DEMOCRACIA Y EL NOMBRE ACTUAL (1984)
Con la llegada de la democracia en 1984, el intendente radical de Morón Norberto García Silva (Municipio al que pertenecía Hurlingham en ese momento) decidió cambiar el nombre de la arteria a Arturo Jauretche. El Concejo Deliberante aprueba la designación de Don Arturo Jauretche, como una imagen democrática y figura de unificación del pensamiento entre radicales y peronistas.
Don Arturo fue un pensador y político radical que fundó FORJA (Fuerza Orientadora Radical de la Joven Argentina), un movimiento que buscaba la libertad del pensamiento nacional y popular. Aunque Jauretche tenía extracción radical, apoyó al peronismo en 1945, adhiriendo al movilizacionismo e impronta nacional y popular del primer peronismo.
Jauretche fue un defensor apasionado de la Soberanía Nacional, la lucha contra la Deuda Externa espuria y el análisis de nuestra sociedad. En una ocasión, Jauretche pronunció un discurso en el que afirmó que «la Argentina es un país que tiene que aprender a gobernarse a sí mismo», lo que reflejaba su compromiso con la democracia y la autodeterminación del pueblo argentino. Entre sus libros más reconocidos, están «El medio pelo en la sociedad argentina» y el «Manual de zonceras argentinas». Resumió en sus escritos la historia social grande del pueblo argentino. Fue presidente del Banco Provincia de Buenos Aires y falleció el 25 de mayo de 1974.
El nombre de Jauretche le sienta bien a una arteria fundamental de la ciudad.
«Marcelo Félix Solís. Periodista, docente. Es profesor de historia. Especialista en educación de adultos. Coordinador Educación C.3 La Matanza. Integrante del grupo de Estudios Históricos de Hurlingham.
NOTA PUBLICADA EN EL CLASICO. EDICIÓN DE JUNIO 2025