El espionaje ilegal del macrismo llegó a tres comedores comunitarios de Morris

Los tres comedores comunitarios ubicados en Hurlingham controlados por espías del macrismo fueron San Cayetano, Volver a Empezar y el comedor Arco Iris. Pero la red de espionaje controló más de una veintena de estas organizaciones (incluidas escuelas y parroquias) dedicada a darle de comer a los pobres.

La vocación enfermiza del macrismo por el espionaje ilegal superó todos los límites, cuando hace una semana el Juez Federal Alejo Ramos Padilla reveló detalles del llamado «Proyecto AMBA», una operatoria de la AFI que durante el gobierno de Cambiemos conducían Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.

El «Proyecto AMBA» fue el desembarco de espías en el conurbano a través de la instalación de 6 bases de inteligencia, con la excusa de combatir al crimen organizado, pero «en la práctica se utilizaron casi exclusivamente para realizar espionaje interno de tipo político» dijo el juez.

No solo recababan de modo ilegal detalles de la vida privada de dirigentes políticos y sociales, si no que además se dedicaron a espiar a comedores  comunitarios y sacarle fotos a los pibes que allí asistían.

En Hurlingham por ejemplo, los tres comedores controlados por espías del macrismo, fueron San Cayetano ubicado en José de Minoguye 1349, Volver a empezar de la calle Costanera 3410 y el comedor Arco Iris de Minoguye 2460, todos en William Morris. Pero la red de espionaje se dedicó a controlar más de una veintena de estas organizaciones (incluidas escuelas y parroquias) dedicada a darle de comer a los pobres.

Las bases de la AFI estaban distribuidas en San Martín, Quilmes, Pilar, La Matanza, Ezeiza y en Haedo.

La Base Haedo estaba a cargo del espionaje en la zona oeste del Gran Buenos Aires. Desde allí, los espías hicieron al menos seis fichas de distintos comedores que funcionaban en el área. Todas las fichas tenían un formato común, destinado a identificar el lugar, la relación con el Estado o con donantes particulares, sus vínculos políticos y toda información que pudiera ser de interés para la AFI.

En los informes aparecían datos sobre la frecuencia que el comedor recibía comida desde el municipio, quien era el contacto entre la comuna y el comedor, y si los que colaboraban en los merenderos eran rentados, tenían planes sociales o eran voluntarios.

En la resolución Ramos Padilla sostiene que «durante el año 2017, las delegaciones del Proyecto AMBA recopilaron, produjeron, analizaron y distribuyeron información de tipo político vinculada a las elecciones de medio término que se desarrollaban en la provincia de Buenos Aires».

En los casos de los comedores de Hurlingham, la AFI hizo informes con la ubicación geográfica, los nombres de los referentes, sus contactos telé-fonos y cuentas en redes sociales, así como la cantidad de chicos que iban a diario. Además de las fichas, Ramos Padilla encontró unas planillas Excel con comedores que funcionaban, por ejemplo, en jardines y escuelas primarias públicos y privados. Siempre el interés estaba enfocado en determinar cada cuánto recibían mercadería y si recibían alguna subvención estatal.

La metodología del espionaje ilegal es una marca registrada en Mauricio Macri que logró desarrollarla con llamativo entusiasmo a través de sus colaboradores más cercanos, como es el casi de Arribas.

La periodista Luciana Bertoia, escribió en Página/12 que «la única lógica que el juzgado de Dolores encuentra a este espionaje es que el Proyecto AMBA hizo pie en la provincia con la idea de que había que terminar con lo que desde la cúpula de la AFI describían como prácticas clientelares y lo que veían como una de las formas de construcción de los barones del conurbano. Es por eso, entienden, que había esa obsesión con monitorear hasta los lugares adonde iban los chicos con hambre».

El espionaje ilegal fue parte de la construcción política de Cambiemos y los operativos desarrollados en el conurbano estaban pensados para contribuir a la estrategia de campaña de las elecciones de 2017.

En marco de esa campaña electoral fue habitual ver la presencia de candidatos de Cambiemos en algunos de esos comedores. En público promocionaban acciones solidarias en los mismos comedores que venían espiando ilegalmente. Por ejemplo, en setiembre del 2017, en el comedor San Cayetano, la por entonces Ministra de Desarrollo Carolina Stanley llegó acompañado por el referente macrista de Hurlingham, Lucas Delfino, que destacó «el amor y compromiso que las responsables del comedor ponían por transformar realidades».

Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, como responsables de la AFI durante el macrismo, pusieron al frente de las bases del Área Metropolitana de Buenos Aires al abogado Pablo Pinamonti quien había estado en la ex SIDE durante el gobierno de la Alianza y reingresó a la AFI en 2016. Por debajo de Pinamonti, la AFI incorporó a dos ex policías de la Bonaerense: Vicente Melito y Daniel Salcedo, este último fue jefe de Policía cuando el fiscal Carlos Stornelli fue ministro de Seguridad en la provincia de Buenos Aires.

Fue el propio Piamonte quién en su declaración testimonial dio detalles de los procedimientos efectuados en el conurbano e involucró en esas acciones a Silvia Majdalani.

El juez Alejo Ramos Padilla lleva adelante la causa por espionaje ilegal y extorsión por la que ya se encuentra detenido el falso abogado Marcelo Sebastián D´Alessio. El Protecto AMBA, es un capítulo más de esa causa por la que ya está procesado Pablo Pinamonti, mientras Gustavo Arribas y Silvia Majdalani se presentaron ante el juez pero se negaron a declarar, presentando un escrito.

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