La gesta sanmartiniana recordada en Villa Club

Por Rody Rodríguez.

En el barrio de Villa Club, en sus calles, en la plaza, en el Club, en el polideportivo, en la estación de tren, en todos esos lados aparece la historia sanmartiniana.

Este 17 de agosto se conmemora un nuevo aniversario de la muerte del General José de San Martín, ocurrida en Francia en 1850. ¿En qué lugares de Hurlingham se recuerda al «padre de la Patria»?

En Hurlingham no hay una avenida o una plaza San Martín, tampoco tiene calles con el nombre de los próceres «más famosos» como Belgrano, Mariano Moreno, Sarmiento, como las fechas patrias 9 de Julio y 25 de Mayo, porque esos nombres están en el centro de Morón, que era la cabecera del partido al que pertenecía Hurlingham.

Pero hubo algunos lugares en el que se rindieron homenajes al Libertador. En 1950, a 100 años de su muerte, se colocó un busto en la plaza Finochietto, en Victoria y Mustoni,  que permaneció allí hasta 2022, cuando desapareció en medio de refacciones que realizaba el gobierno municipal de entonces.

En 1955, el gobierno de facto que derrocó a Perón bautizó con el nombre Villa General San Martín lo que siempre se conoció como Villa Tesei y años después se creó en esa localidad el Barrio El Libertador.

También hubo una calle llamada Diagonal San Martín, hoy Cañuelas. Y una de las calles más estrechamente ligadas a la vida de San Martín es Remedios de Escalada, que recuerda a su esposa. Es una arteria que nace en el arroyo Morón y se extiende hasta la calle Finochietto. «Va al lado del San Martín» dicen los que quieren encontrar una especie de símbolo amoroso en ese camino paralelo entre el ferrocarril que lleva el nombre del “Santo de la Espada” y la calle con el nombre de su mujer, fallecida a los 26 años.

Y hablando del Ferrocarril San Martín hay una imagen del prócer en la entrada de la estación de Hurlingham colocada en 2023.

La plaza ubicada en Recagno y Thevenin en Villa Club lleva el nombre de Granaderos de San Martín.

VILLA CLUB SANMARTINIANO

Pero en Hurlingham se destaca un barrio que rinde un gran tributo a la gesta sanmartiniana y es el barrio de Villa Club.

La estación de tren en la que arranca el barrio se llama Ejército de los Andes, y la calle principal que atraviesa Villa Club es Granaderos, en homenaje al regimiento creado por San Martín el 16 de marzo de 1812 y la Plaza también lleva el nombre Granaderos de San Martín y uno de los clubes de la zona se llama Los Andes, la cordillera que es todo un símbolo en la vida del padre de la Patria. Y se multiplican las calles con nombres vinculados a esa proeza monumental que fue el cruce de la cordillera para liberar a Chile de la dominación española, allanando el camino para la independencia de otros pueblos sudamericanos. Es el caso de Uspallata y Los Patos, dos pasos cordilleranos entre la Argentina y Chile, usado por el grueso del Ejercito de los Andes para esa hazaña militar.

También está la calle Aconcagua, el cerro ubicado en la cordillera de los Andes, el más alto de todo el continente americano.

Y se suman los homenajes sanmartinianos con la calle Plumerillo, que fue el lugar donde San Martín entrenó y organizó a sus tropas antes de cruzar los Andes. Y está Guardia Vieja que recuerda el combate en el que las fuerzas patriotas derrotaron a una guarnición realista en el puesto que lleva ese nombre, cerca de lo que hoy es la ciudad de Los Andes en Chile.

También está el nombre de un guerrero como Toribio de Luzuriaga, un peruano que formó parte del Ejército de los Andes, reconocido como el primer Gran Mariscal del Perú.

Hay nombres de calles que ya no están, como el de Achupallas (hoy Thevenin), que fue una batalla triunfal, la primera victoria del Ejército de los Andes en suelo chileno.

La escultura emplazada en el Polideportivo llamada «Criollos para el Coronel de Granaderos»

EL PASO DE SAN MARTIN

Pero obviamente el vínculo de San Martín con Villa Club tiene su punto más trascendente el 13 de febrero de 1813, cuando José de San Martín, con el rango de Coronel en ese entonces, regresó victorioso del Combate de San Lorenzo (en Santa Fe) contra el ejército español. Se detuvo junto a sus Granaderos, en lo que hoy es el Polideportivo de Hurlingham, para la remuda de 100 caballos que les facilitó el maestro de la Posta del Río Las Conchas, don Ca-yetano Pardo, para continuar su marcha al Cuartel del Retiro.

En el Museo de Regimiento de Granaderos a Caballo está el documento firmado por el Coronel de Granaderos Juan Bautista Morón (San Martín estaba impedido de hacerlo por el dolor de su brazo derecho, herido en el combate al quedar apretado por su caballo), que demuestra el paso del prócer por ese predio, que alguna vez fue Puerta 1 de Campo de Mayo y más tarde el Polideportivo Municipal.

En los años 80, había en Hurlingham una Asociación Sanmartiniana que la presidía el escritor, historiador y poeta José Adolfo Gaillardou, el Indio Apachaca.

En 1987 esa Asociación Sanmartiniana y el Centro Periodistas de Hurlingham, que en ese tiempo me tocó presidir, le solicitaron al entonces intendente de Morón Norberto García Silva que impusiera el nombre de Coronel San Martín al Polideportivo de Hurlingham, cosa que finalmente ocurrió con la posterior aprobación del Concejo Deliberante del proyecto presentando por el Centro de Periodistas local.

El 21 de octubre de 1990, ya con Joaquín Arias como intendente, se colocó en la entrada del Polideportivo un monolito que recuerda ese acontecimiento.

Se trata de una escultura realizada por el artista moronense José David Fernández, restaurada luego por la escultora de Hurlingham, Cristina Constantino, que muestra cuatro cabezas de caballos criollos sobre un basamento de hierro y cemento que recuerda la ayuda prestada por el maestro de postas y lleva el nombre de «Criollos para el Coronel de Granaderos».

El Polideportivo municipal se llama Coronel San Martín, la calle que conduce al polideportivo y que muchos aún llaman a ese tramo Vergara, también se llama Coronel San Martín.

Lamentablemente, no existe ningún cartel que señale esta denominación, ni de la calle ni del Polideportivo.

Publicado en EL CLÁSICO. Edición agosto 2025.

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