La pobreza, la dignidad, la felonía y la crueldad

Por José Ángel Trelles.

La pobreza es muchas cosas, es cruel, injusta, difícil, dolorosa, infame, pero no es digna… la pobreza excluye, discrimina, borra los sueños, desde los más simples hasta los delirantes. No se puede soñar siendo pobre. Se toma conciencia de los límites perversos que impone la pobreza y al diablo los sueños. No se puede amar como se debe en la pobreza. El preocupado/a por la pobreza no disfruta de ningún placer y mucho menos del más sublime que es el amor.

Sin embargo me encuentro con algún enfermo de odio que reivindica la pobreza y la llama «digna»… dignidad tiene el que se rebela contra la pobreza y sus agentes y sale a barrerlos de la vida. A ponerlos aparte. Que sigan viviendo en esa cueva infecta donde les crece el odio que nace de la frustración de querer pertenecer a una clase que los compra con prebendas pequeñas y momentáneas pero que jamás irá con ellos de vacaciones.

La felonía del reivindicador de la pobreza es la simple muestra de su laya. Son tan traidores que mutilan hasta su pasado teñido de solidaridad social. Para ser más claro… se cagan en ellos mismos.

Se convierten en crueles porque no encuentran otra manera de ser lo que han decidido ser. Van a colaborar con hambreadores, contrabandistas, asesinos, inmorales, mentirosos, cobardes. El lenguaje debe ser acorde… dicen lo que dicen , hacen lo que hacen, con la crueldad que su actitud necesita… cuando hablan de «pobreza digna» o levantan un brazo victorioso en el Congreso porque no se va a votar algo que debería ser votado, se burlan , cruelmente , de los que viven en la calle. De los pibes sin educación, de los viejos sin medicamentos y de los hombres y mujeres desocupados.

Esta clase de gente no sé si alguna vez fue pobre. Pero estoy absolutamente seguro que no tienen idea de que cosa es la dignidad.

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