Por VICTOR A. STEFANONI
Ex Concejal de la UCR
El pasado 2 de abril se cumplieron 100 años del triunfo de la Unión Cívica Radical en las primeras elecciones presidenciales democráticas, resultando electo Hipólito Yrigoyen, luego de casi 30 años de abstención electoral de la UCR y de tres revoluciones armadas, 1890, 1893 y 1905, reclamando una ley electoral con el voto «obligatorio, universal y secreto»,que fue la llamada injustamente «Ley Saenz Peña», cuando debería haberse llamado«Ley Yrigoyen».
Nuestro justo homenaje a Hipólito Yrigoyen que hizo del voto ciudadano la clave de la institucionalidad democrática y el comienzo del largo camino de la «reparación» para las clases sociales desposeídas.
Los sectores conservadores, defensores unitarios del Puerto de Buenos Aires, clave del poder de la rancia oligarquía argentina, descendientes de los almaceneros arribados con Pedro de Mendoza y Juan de Garay y relacionada históricamente con los sectores internacionales afines, comenzaron, luego del triunfo radical, las acciones para obstaculizar la labor del nuevo gobierno.
Yrigoyen asume la Presidencia de la Nación en 1916 y la finaliza en 1922, año en el que sube el segundo Presidente radical, Marcelo T. de Alvear, que entrega la Presidencia de la Nación en 1928 a Hipólito Yrigoyen, luego de un ejemplar gobierno, lamentablemente poco analizado y ninguneado por la historia oficial y la no oficial.
El 6 de setiembre de 1930 una revolución encabezada por el General José Félix Uriburu con el apoyo de los «radicales antipersonalistas», los conservadores y los socialistas de Dickman y también con la colaboración, siempre dispuesta, de los «almaceneros», desplazó de la Presidencia a Yrigoyen y lo confinó a la isla Martín García.
Este atropello institucional fue el comienzo de varios golpes militares que asolaron la institucionalidad de la Argentina e impidieron el ejercicio democrático de los poderes públicos, de las libertades democráticas y del desarrollo económico y social de la república.
Es interesante destacar lo expresado, años más tarde, por Juan Domingo Perón:
«… Yo recuerdo que Yrigoyen fue el primer presidente que defendió al pueblo, que enfrentó a las fuerzas extranjeras y nacionales de la oligarquía para defender a su pueblo. Y lo he visto caer ignominiosamente por la calumnia y los rumores. Yo, esa época era un joven militar y estaba contra Yrigoyen, porque hasta mí habían llegado los rumores, porque no había nadie que los desmintiera y dijera la verdad…».
Mencionamos estas palabras del líder justicialista con la esperanza de encontrar algún atisbo de coincidencias, partiendo del histórico abrazo entre Perón y Balbín, entre los dos grandes movimientos políticos argentinos, históricamente complementarios, sin deformaciones semánticas ni claudicaciones programáticas de ninguna especie. Creo que este podría ser uno de los caminos para tratar de evitar otra «década infame» en la Argentina.
Repasando algunos viejos libros y papeles, nos encontramos con un detalle muy poco difundido del período llamado «la década infame…» (1930-1943): la integración del gabinete del dictador Uriburu, el ejecutor del primer «Golpe de Estado argentino» (6 de setiembre de 1930), el «salvador de la patria…» al decir de los oligarcas portuarios.
Veamos:
Presidente: Gral. José F. Uriburu. Director del Banco Argentino de Finanzas y Mandatos. Director de la Cía. Industrial y Comercial del Chaco.
Como no coincidir con Victor eu caracterización de la Unión CÍvica Radical, creo si que a su visión le falta agregar que este gobierno fue electo x la voluntad popular, despues de 12 años de desmanejo,descontrol, falta de gestión y corrupción generalizada
Hay diferencias, el radicalismo integra orgánicamente la coalición de gobierno y debe comprometerse en la gestión y en el éxito de esta gestión, indicando ,marcando y objetando lo que sea menester.Interesante el debate. Muchas Gracias