Lucas Delfino: Una concejalía con tropiezos


Delfino tiene un errático inicio de gestión como concejal. Crítica de sus correligionarios y burlas en afiches que lo califican de «trucho» por la picardía en abultar su cuenta de twitter.

Por Rody Rodríguez.

Cruel en el cartel,
La propaganda manda cruel en el cartel.
Y en el fetiche de un afiche de papel
Se vende la ilusión, se rifa el corazón.
(Afiche – Tango de Homero Expósito y Atilio Stampone)

Los primeros pasos de Lucas Delfino como concejal seguramente no son los deseados. Supuso una inercia que lo favorecería tras ganar las elecciones del año pasado, pero los ánimos triunfalistas fueron tropezando por distintas circunstancias.
Creyó que el triunfo le permitiría a su espacio quedarse con la presidencia del Concejo. Apenas se calzó el traje de concejal se topó con la primera frustración. El peronismo (que más allá de sus diferencias internas es mayoría en el Concejo) se quedó con ese lugar.
Luego, dispuesto a retomar la iniciativa política, buscó ponerse al frente de un reclamo por los aumentos en las Tasas Municipales que su propio bloque había aprobado a fines del 2017. Esta vez más que un tropiezo, sufrió un revolcón, porque su llamado a debatir el tema tributario local, no tuvo eco ni siquiera en los concejales de su bloque. Es más, Marianela López, concejal del PRO reseñó lo ocurrido de este modo: «Delfino quiso usar el Concejo para lanzar su campaña política. En el intento de mostrar liderazgo, convocó a los vecinos a una sesión no acordada con sus pares. Fue una movida netamente partidaria y personalista» expresó.
Su adversario interno en las PASO pasadas, Ramón Fernández, tampoco utilizó matices para criticar a Delfino: «él cree que por ser un dirigente nacional todo el mundo se tiene que alinear. Lucas Delfino tuvo la suerte de trabajar en el Ministerio del Interior, es funcionario del ministro y eso lo ayudo a que lo acomoden y lo posicionen y la verdad es que es una lástima que un dirigente que le ha sido tan fácil andar por la política, no entienda que la política es juntar a las mayorías, que hay disensos y consensos. Yo lo veo muy alejado no solamente de nosotros sino también de las necesidades básicas de Hurlingham».

En medio de esa andanada de críticas, el nombre de Delfino logró una gran repercusión en los medios por un episodio entre risueño y vergonzoso. Apareció liderando un ranking de seguidores truchos en twitter. La noticia publicada en El Ciudadano (http://www.elciudadanogba.com/lucas-delfino-lidera-ranking-seguidores-truchos-twitter/), tuvo fuerte repercusión en los medios del grupo Clarín donde se ocuparon de este fenómeno de usuarios truchos y destacaron la performance de Delfino al que ubicaron como un funcionario de rango menor en el Gabinete nacional. Pero en la política doméstica el rol de Delfino no es menor. Es concejal y aspirante a la intendencia, y estas acciones fraudulentas que suelen mostrarse como picardías suelen recibir respuestas muy negativas. El calificativo de «trucho» tiene en política un nivel de letalidad elevadísimo. Para la sociedad casi no hay diferencias entre ser «trucho» o corrupto. Por eso no llama la atención que en los últimos días algunos carteles pegados en las inmediaciones de su domicilio lo castigaran por ese episodio y con ese calificativo. El cartel, que lleva su foto montada con el sobrenombre «Truchino» como deformación de Delfino, dice en letras grande «Buscado por Trucho» y debajo la frase «Los seguidores se pueden comprar, los vecinos no». El cartel no deja de ser una chicana, esa artimaña discursiva con la que se critica ridiculizando, muy utilizada en política. No vale la pena para Delfino dilucidar quién pudo promover esas pegatinas burlonas (tampoco es tan difícil de imaginar). Puertas adentro del equipo delfinista saben que más que preocuparse por quien lo hizo, deben ocuparse del daño que provoca ese mensaje. Tal vez por eso y en el afán de corregir una torpeza, Delfino (o su equipo) emprendió la tarea de reducir progresivamente la lista de seguidores. En 15 días tiene 1000 seguidores menos. Se supone que está eliminando a los seguidores truchos adquiridos, pero no hay que descartar que sean seguidores reales, que no se sienten cómodos en formar parte de una troupe plagada de farsantes.

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