Tras el tsunami viene el sol de todos

Por Gustavo Zapata.

Secretario General de la CTA Central de Trabajadores de la Argentina. (Morón, Hurlingham e Ituzaingó).

Foto: El capitán Ahab interpretado por Gregory Peck en la película Moby Dick de 1956.

 

Una vez planteamos, sin ánimo profético, que nos habían declarado la guerra, contra las organizaciones de trabajadores, los derechos laborales y sociales, los jubilados y el pueblo en general. Resistimos con las herramientas de la democracia: la movilización pacífica, la articulación entre movimiento de protesta y los bloques parlamentarios, la elevación de proyectos y pedidos de informes, la huelga y el debate con nuestro pueblo.

El resorte del malestar encontró su canalización el 11 de agosto glorioso. Los resultados sorprendieron, pero no estaban fuera de las expectativas internas de muchxs que hicieron todo lo posible para conseguirlos. Esta victoria tuvo muchos padres y madres.

Ahora el gerente presidencial ha pronunciado la orden de retirada, en una vergonzosa declaración pública de venganza y oprobio. Desató la devaluación (al no ponerle freno a las órdenes de compra de los bancos el mismo domingo) empobreciendo a quienes no lo votaron (mientras las ganancias malahabidas propias y de sus socios reposan en cuevas de piratas extranjeras). Amenazó en público a sus votantes opositores con rayos y centellas, distribuyendo culpas en todos, menos en los desaguisados desatados en su programa político-económico desde diciembre de 2015.

Del mismo modo que los nazis al retirarse, están dispuestos a desatar los infiernos y saquear lo que quede, minando, quemando o destruyendo cualquier posibilidad de reconstrucción en el corto plazo. Y nuestro pueblo tendrá la paciencia del que aprendió que cualquier descuido cuesta sangre… la propia sangre y mucha. Mientras el aprendiz de fuhrer neoliberal se hunde en el encierro de su bunker, afuera la realidad que desató rugirá con toda su violencia contra la capacidad de supervivencia del pueblo trabajador.

Es la hora de apretar el abrazo, reforzar las organizaciones, pensar y medir cada paso, aceitar las herramientas colectivas y prepararnos para cuando pase la tormenta.

Tenemos la victoria nacional y popular a mano. Solo hay que apretar los dientes y coser las velas, reforzar palos, aguantar los remos… La impericia del capitán Ahab lo llevará solito a quedar atrapado por su Moby Dick ideológica.

La voz de nuestro pueblo ya tiene un liderazgo, un camino y una esperanza concreta.

Lxs trabajadorxs debemos reforzar nuestras organizaciones y prepararnos para el nuevo tiempo que se abre.

 

 

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