Por José Luis Soria ||
Hubo un verdadero terremoto político en la Provincia de Buenos Aires. Por primera vez una mujer será gobernadora y después de 27 años el peronismo perdió el gobierno bonaerense. Pero el movimiento sísmico también se llevó puesto a varios intendentes de los llamados poderosos, los que se suponían imbatibles.
Esa troupe de caciques será reemplazada por nuevos dirigentes, en algunos casos Jóvenes PRO, como Diego Valenzuela en Tres de Febrero, Ramiro Tagliaferro en Morón, Martiniano Molina en Quilmes o Julio Garro en La Plata.
Otros que deberán enfrentar el desafío de no ser más de lo mismo, son los intendentes electos del Frente para la Victoria. Hay muchas caras nuevas, que ya forman parte de una nueva liga de intendentes, una camada renovadora dentro del peronismo, entre los que en se destacó con nitidez Juan Zabaleta.
El intendente electo de Hurlingham, junto a otros nuevos intendentes, se reunió poco después de los comicios con Daniel Scioli, también estuvo con Máximo Kirchner, y recibió al gobernador y candidato a presidente en Morris. Hizo además varias apariciones mediáticas en las que fue presentado como una de las más notorias figuras de la renovación.
Zabaleta es protagonista de esta nueva liga de intendentes que integran también Mariano Cascallares (Almirante Brown), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Ariel Sujarchuk (Escobar), Gustavo Menéndez (Merlo), Walter Festa (Moreno), Juan Ignacio Ustarroz (Mercedes). Ellos más otros jóvenes jefes comunales que lograron ser reelectos como Patricio Mussi, (Berazategui); Bali Bucca, (Bolívar); Francisco Echarren, (Castelli); Juan Pablo De Jesús, (Partido de la Costa) serán los responsables de revitalizar al peronismo bonaerense en una escenario poco común, solo similar a los primeros años de recuperación democrática cuando el radical Alejandro Armendariz era el gobernador de la Provincia.