En pocos días se cumple un año del infierno que se desató para la familia Escalada. El 4 de octubre del año pasado, poco antes de las 6 de la tarde, Maximiliano Nicolás Hermosilla de 18 años, con el auto a su padre, –un Chevrolet Corsa–, subió a la vereda de Alvarez Prado al 4300 en Barrio Mitre y atropelló y mató a Máximo Escalada de poco menos de 2 años.
El joven que condujo sin registro y alcoholizado, vivía al lado de la pequeña víctima.
Hoy, los padres de Máximo, Mara Maidana y Roberto Escalada no pudieron dormir. Es que llegó el día del juicio que tanto esperaron y por el que tanto lucharon. A partir de su presencia incesante en los medios, de marchas, de reuniones, de partidos de fútbol con remeras estampadas con la imagen del niño, de fuertes pedidos de justicia a través de las redes sociales, los padres, junto a sus amigos, vecinos y todo Hurlingham, están ahí, en los Tribunales de Morón, más fuertes que nunca, esperando que en estos cuatro días que dura el juicio, por fin Máximo logre descansar en paz.
De acuerdo con el relato de los testigos de los hechos ese fatídico día, el joven que hoy va a ser juzgado, chocó tres veces y, en la equina de Álvarez Prado y Lángara, ya con el vehículo totalmente fuera de control, se subió a la vereda y atropelló a un chiquito que jugaba en la vereda. Máximo fue embestido y arrastrado varios metros hacia el portón de su vivienda, donde funciona un kiosco y un almacén. Tras el accidente, el pequeño Máximo fue trasladado con graves heridas al Hospital Posadas, donde en horas de la madrugada murió. En tanto, Maximiliano Hermosillo intentó escapar, pero fue retenido por los vecinos hasta que llegó la Policía.
En la causa intervino el mismo fiscal y el mismo juez que, desde hace meses intervienen en el resonado caso de la «Picada de Haedo» Alejandro Jons y Alfredo Meade, quien la caratuló como «Homicidio simple».
Mara y Beto pasaron por todos los estados posibles: «Nos cuesta levantarnos, nos cuesta acostarnos, nos cuesta no verlo a él»- decían en una entrevista concedida el año pasado al programa de televisión Hurlingham al Día, conducido por Rody Rodríguez. Pero todos los vecinos de Barrio Mitre han sido para ellos una fuente de energía y de fuerza, a través de misas, con cartas, con dibujitos de los más chicos, con llamadas, con murales en las calles y en el asfalto, con pancartas, con una presencia y un apoyo tan sincero y fuerte que a ellos los mantuvo en pie todo este tiempo.
Con la premisa de que «no haya más casos como el de Máximo» y que los chicos tengan la libertad de seguir jugando en la vereda se resignan a que la historia de su hijo sea un triste “ejemplo” para que esto no vuelva a ocurrir.
Las fotos de Máximo se suceden en el Facebook que se creó para insistir en el pedido de Justicia: TODOS POR MÁXIMO PEPE., un video de él pateando con una pelota a lo largo de una vereda muestra su cara sonriente, sus ganas de vivir. “Queríamos que crezca, tenía un futuro para dar si vos lo ves, era feliz”, dice el padre y la madre agrega “Mi hijo era un ser maravilloso, un ser hermoso rodeado de amor de cariño” y así espontáneamente, surge el recuerdo “Cuando le preguntaban cómo se llamaba él decía ‘Pepe’ y aunque le decíamos que no, él insistía en ese nombre, Le gustaba llamarse Pepe”- y asoma una leve sonrisa entre las lágrimas de Mara. Mientras Beto recuerda que, como era muy chiquito para que no se lastimara cuando subía y bajaba de la cama, todos tiraban los colchones al piso para que a él no le pasara nada.
Una familia atravesada por el dolor, pero con el eje puesto en la Justicia que por fin, luego de tanto esperar hoy, empieza a llegar. No es mucho pedir, solo lo que corresponde y Beto recalca, “nosotros a la muerte de nuestro hijo la llevamos acá (y señala el corazón de él y de su mujer) queremos que el juez y los que decidan qué hacer con el asesino la lleven en su espalda.”