
Por Horacio Magnacco.
La hurlinguense Pamela Schweblin es una destacada representante de la música de Irlanda en la Argentina, ejecuta la gaita irlandesa, muy diferente a la popular gaita escocesa. La llamada en lengua gaélica Uilleann piping (que es toda la tradición en relación a la gaita irlandesa) es reconocida por la UNESCO como parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Pamela reside hace 10 años en Lago Puelo y allí integra «el club de gaiteros», el primero en Latinoamérica.
Hace algunos años un gaitero tocaba su instrumento en la Plaza Ravenscroft, en el centro mismo de la plaza; tradicionalmente lo hacía los sábados o domingos por la mañana. Se llamaba Alejo, y un día una joven Pamela Schweblin lo cruzó en la estación de Hurlingham y allí se produjo la epifanía. «Esa fue la primera vez que vi una gaita escocesa y escuché su sonido; ese encuentro y ese sonido me convocó y me conmovió».
Pamela Schweblin viene de una familia que se dedicó al arte de diferentes formas: su abuelo Alfredo de Vincenzo, fue un reconocido referente del grabado en el país, y su hermana es una de las más importantes escritoras argentinas de la actualidad, reconocida mundialmente, Samanta Schweblin.
Pamela se crió en Hurlingham, en la calle Hernán Cortés, a dos cuadras de Avenida Vergara. Hizo su escuela primaria en El Palomar y sus estudios secundarios en el Instituto Mariano Moreno. A los 14 años de edad comenzó estudios en el Conservatorio Alberto Ginastera de Morón. Actualmente vive en Lago Puelo, provincia de Chubut, desde donde nos contó su historia.
En ese primer contacto el sonido de la gaita la llevó a buscar y descubrir nuevas músicas, algo complicado en tiempos sin Spotify, ni youtube y menos internet. Su avidez la hizo realizar una profusa investigación musical con las pocas herramientas que había en la Argentina sobre el instrumento y sobre grabaciones existentes en cds: «De a poquito fui investigando y llegué a la gaita irlandesa, hice varios viajes para estudiar y formarme con ella, volvía a mi casa y seguía estudiando, formé mi propio estilo estudiando con diferentes maestros».
Las diferencias con la gaita escocesa son múltiples, la más notoria es que el aire que recorre el instrumento no sale de los pulmones del ejecutante, sino de un fuelle auxiliar que alimenta el depósito de aire. Todo el proceso de su ejecución requiere de una coordinación enorme que la transforma en uno de los instrumentos más complejos. A su vez, la historia del instrumento corre inevitablemente en forma paralela a la de su pueblo, que estuvo a punto de extinguirse hace menos de 200 años
En 1845 Irlanda sufrió un desastre alimentario del que no lograría salir en los próximos cinco años que fue conocido como la Hambruna, un tercio de su población murió de hambre y otro tercio emigró, principalmente hacia América del Norte
Antes de la hambruna, 8,5 millones de personas vivían en la isla de Irlanda. Un número que, incluso hoy en día, no se ha vuelto a alcanzar. En la actualidad, Irlanda del Norte, que pertenece a Reino Unido, cuenta con cerca de 1,9 millones de habitantes y la República de Irlanda no llega a los 5 millones.
Esas circunstancias trágicas influyeron en la música significativamente, ya que «la música irlandesa está atravesada por la historia, se comportan como un mismo ente, es música de tradición oral, no es música que esté escrita, por lo tanto es música que está todo el tiempo viva en la misma tradición y en la misma memoria , es memoria viva, y toda la historia de Irlanda está en su música, por lo tanto cuando en Irlanda se enseñan melodías y canciones, la enseñanza tiene el doble valor, el de la música y el de la historia, como un solo ente».
La música y la gaita irlandesa están atravesadas por la hambruna. Otro factor que hizo que las gaitas empezaran a perder como instrumento y como tradición fueron las prohibiciones inglesas: «Cuando Inglaterra buscó dominar Irlanda prohibieron todos los aspectos de su música, de su cultura, de su idioma, de su religión, de su tradición, en especial a los gaiteros y a los artistas que tenían una gran influencia en toda la sociedad».
Por otro lado las gaitas eran «de muy mala confección, había que hacer muchísima fuerza, no estaban en condiciones, eso desalentó mucho a quienes quisieran aprender, factores múltiples que ayudaban a que el instrumento se extinguiera por completo».
A principio de siglo XX se formaron los clubes de gaiteros de Cork y de Dublín. Dice Pamela «ellos empezaron a hacer un trabajo increíble para volver a llevar a los gaiteros que habían migrado a que les enseñen a las nuevas generaciones, rescatar el legado musical que se fue perdiendo».
Leo Rowsome fue un gaitero asociado al club de gaiteros de Dublín, «él entendió que había que hacer una organización nacional, fue cuando se fundó el NPU que es la asociación de gaiteros de toda Irlanda y en paralelo se convirtió en la asociación internacional, con un trabajo impresionante que consiste no solo en tocarlo, sino en construir las cañas que lo hacen sonar, transmitir un legado, una enseñanza, que es parte de la tradición, recuperar todas las melodías y la música que se fue perdiendo con todas las situaciones de migraciones y persecución inglesa, de éste modo se logró mejorar el instrumento, con un trabajo increíble, para transmitirlo en toda Irlanda, así lograr que el acceso al instrumento sea más fácil, y que Uilleann piping (que es toda la tradición en relación a la gaita irlandesa) sea reconocido y declarado por la UNESCO como patrimonio cultural intangible de toda la humanidad».
Pamela nos cuenta que en ese contexto de internacionalización del instrumento, «yo estoy trabajando con ellos, soy parte de la Junta Directiva y ese es uno de los principales objetivos, poder llevar la gaita irlandesa a todo el mundo sin que pierda su características y su tradición de forma auténtica».
Explica también que «la música irlandesa es una música de tradición oral, no hay música escrita, se transmite familiarmente, de forma comunitaria, de generación en generación, por lo tanto quienes hacemos música irlandesa somos recopiladores de esa música, porque esas melodías que son miles, quedan en nuestra cabeza, en nuestra memoria, pero a la vez somos intérpretes, no hay una sola forma de tocar una melodía, cada músico la toca a su modo. El objetivo de la música irlandesa es que si bien es una melodía que hace siglos que la tocan y se sigue transmitiendo, cada músico la toca a su forma, su propio estilo, su propia ornamentación, todo enmarcado dentro del lenguaje de la música irlandesa, no es como la música clásica donde tenés escrito exactamente lo que tenés que tocar, la música irlandesa es música interpretativa».
Uno de los problemas que tiene la gaita irlandesa «es la falta de acceso, no es un instrumento de fácil acceso, ni en Argentina ni en Latinoamérica se construye, no hay de fábrica, hay que encargarlo a un luthier que seguramente tendrá una lista de espera, tampoco es un instrumento barato, esa es una de las dificultades que tiene».
«En mi caso yo fui armando el instrumento de a partes, de a poquito, con el correr de los años mis maestros me ayudaron muchísimo, tuve un maestro que me regaló parte de la gaita. En ese contexto lo que estamos haciendo acá en Lago Puelo es armar un club de gaiteros, el primero en Latinoamérica, donde la gente puede venir, lo hacen desde todo el país, también desde Chile, Brasil, vienen maestros de Irlanda todos los años para enseñar, también desde Estados Unidos, hacemos encuentros grandes»
El luthier Alfredo Fariña trabajó en el Club con el diseño de una parte de la gaita (chanters) en formato 3D, «fabricamos los fuelles y las bolsas, éste modo realmente fue un antes y un después para con el instrumento».
«Aquí en el Club hay muchísimos estudiantes que están pudiendo comenzar con la gaita de una forma mucho más económica, accesible, como para arrancar y ver si les gusta, con el tiempo ver si está para comprar el instrumento, pero todo mucho más relajado, antes era mucho más complejo, para saber si me gusta, probar, hacer una inversión de miles de euros, no tenía sentido; Con esto realmente se facilitó muchísimo el acceso al instrumento; Por otro lado NPU, la organización, está prestando gaitas, para aquellos estudiantes que quieren empezar y todo este movimiento está haciendo que sea mucho más accesible en nuestro país y en Latinoamérica. Los estudiantes son chiquitos desde los 8 y hasta los 40 y pico, empiezan con el chanter 3D y construyen su propia gaita, ese desafío estamos pudiendo resolverlo».

La dedicación de Pamela Schweblin a la música es plena. «Hace 10 años que estoy en Lago Puelo, mi vida acá está dedicada al club de gaiteros, a la música irlandesa, el club es un espacio en el que se puede venir a aprender gaita irlandesa y está preparado para quienes vengan de afuera a estudiar, armamos residencias y en el club se aprende Uilleann piping de forma integral, no es solamente tocar el instrumento, sino que es tocarlo, aprender a hacer las cañas, aprender a mantener el instrumento, que es muy tedioso, aprender a tocar en sessions, que son las formas en las que se comparte la música irlandesa, no es música de escenario, es música de sessions, que son encuentros muy informales donde se juntan músicos que quizás no se conocen y se tocan miles y miles de melodías que cada músico tiene en su cabeza, se comienza con esa melodía y se sigue a esa persona que comienza el set y la idea es que cada uno toque como cada uno, pero buscando una sonoridad conjunta».
Pamela nos reseña la actividad de su club de gaiteros en Lago Puelo: «tenemos dos festivales anuales de música irlandesa, uno es el día internacional del Uilleann piping que es la primer semana de noviembre, a la que vienen siempre maestros de Irlanda a enseñar y vienen gaiteros de todos lados, es una semana súper intensiva con actividades, con clases de gaita, de construcción de cañas, con conciertos, sessions y muchas cosas más, y lo mismo la primer semana de abril, pero no tan enfocado a la gaita irlandesa sino a la música irlandesa en general, donde vienen maestros que tocan otros instrumentos de la tradición de la música irlandesa, también con muchas actividades toda esa semana. Son dos fechas importantes y estoy dedicada a eso de lleno».