Horacio Guarany, vecino de Hurlingham

26_Nov_2014_13_59_05_horacioguarany

El 13 de enero falleció a los 91 años Horacio Guarany. Una de las máximas figuras del cancionero popular, que en sus inicios artísticos vivió en Hurlingham, en la zona de Bolívar y Garibaldi.

Eraclio Catalín Rodríguez, así fue bautizado este hombre que nació en el pueblo santafecino de Las Garzas fue hijo de un hachero correntino (Jorge Rodríguez) y una española de León, (Feliciana Cereijo), matrimonio que tuvo otros 13 hijos.

A los 18 años viajó a Buenos Aires a probar suerte con la guitarra y el canto, no fue fácil y se ganó la vida trabajando en los más variados oficios, incluso hasta de foguista y cocinero en un barco.

Cantó todo tipo de ritmos musicales, -tangos y boleros incluidos-, luego se destacó cantando música paraguaya en su idioma original, fue cuando adquirió el pseudónimo de Horacio Guarany.

Empezó como cantor profesional en 1950, en el Palermo Palace, luego hizo varias presentaciones en Radio Belgrano, fue por esos años que vivió en una humilde casa en la zona de Bolívar y Garibaldi, en Hurlingham, y no fueron pocas las veces que para poder hacer el asadito del domingo, compraba fiado en la Carnicería La Rosa, de los hermanos Torres, en Bolívar casi Richieri.

En 1961 apareció en el novel Festival de Cosquín, luego un viaje a Moscú, para participar de un festival influyó en su pensamiento político y adhirió al Partido Comunista, decisión que complicó su carrera. Guarany integró, junto a Luis Brandoni, Héctor Alterio, Marta Bianchi y Norma Aleandro, la primera lista de amenazados de muerte por la Triple A de López Rega y que les dio a los cinco 48 horas para abandonar la Argentina. Durante su exilio, con la Dictadura Militar gobernando todos sus discos fueron destruidos y se prohibió la difusión de la mayoría de sus obras.

Retornó al país en 1979, pero al mes de volver colocaron una bomba en su casa. Volvió al exilio y su regreso coincidió con el retorno de la democracia, en 1983.

Uno de sus tantos éxitos, fue el tema «Si se calla el cantor», ese fue el nombre de la película que lo vio debutar como actor en 1972. Y el cantor no se calló, pasaron los años, y siguieron los recitales hasta el fin de sus días.

 

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