La Justicia prohibió que los Hermosilla se acerquen a la familia Escalante

nota-1-foto-1

 Por Gabriela Chamorro.

El padre de Nicolás Hermosilla, preso por atropellar y matar a Maxi Escalante, insultó y amenazó con un arma a la mamá de Maxi. Los vecinos reaccionaron y casi termina en una pueblada.

Doce metros es la distancia que separa la casa de Mara y Beto Escalante, los padres de Máximo de la vivienda de la familia de Nicolás Hermosilla, quien hace un mes borracho atropelló y mató al niño de un año y medio.

«Todos los días insultos y agravios»- dijo Beto y recalcó que ya no se podía vivir así, que en el barrio no había lugar para las dos familias y que incluso habían barajado la posibilidad de irse ellos de Barrio Mitre.

nota-1-foto-2-maximo

Esta situación de tensión que se desató desde el mismo día de la tragedia y tuvo un punto culminante el fin de semana pasado, cuando el padre de Nicolás, se presentó frente a Mara a los gritos y con un arma en su cintura. Culpó a la pareja de haber puesto tras las rejas a su hijo. También se sumó la esposa y madre del homicida que se hizo presente con un fierro para amenazar a Mara. El barrio entero fue testigo de la discusión y provocó una furia espontánea cuando entre 300 y 400 vecinos prendieron fuego la puerta de entrada de la casa de los Hermosilla, acción que fue frenada para que no pase a mayores por el padre de Máxi.

La bronca del barrio se incrementó cuando, sumado a las agresiones a los padres, un tío del asesino, Enrique Maidana, conocido como «Tati» amenazó e intentó apuñalar al padrino del nene fallecido.

El intendente Juan Zabaleta y el Secretario de Seguridad Damián Feu, como así también el Jefe de Policía Distrital Andrés Lasala se hicieron presentes en el barrio y en la casa de las víctimas para brindar seguridad a los vecinos y coordinaron la salida del lugar de la familia de Nicolás para evitar situaciones aún más conflictivas.

En tanto el fiscal Alejandro Jons dictaminó una restricción perimetral en contra de la familia Hermosilla. Padre, madre y tíos de Nicolás. Esto significa que no podrán acercarse a Beto y Mara. La justicia ordenó además que la casa y el almacén en donde trabajan los padres del pequeño fallecido permanezcan con custodia.

Para Beto y los vecinos, la salida de esta familia del barrio, es ni más ni menos que un acto de justicia. «Nosotros no tenemos más vida sin Maxi» -expresó Mara, «pero tener que escuchar sus insultos y burlas incrementaba más el dolor. No nos merecíamos vivir así. Somos gente de trabajo, queríamos poder trabajar tranquilos para continuar con nuestra vida»- aseguró.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here