Un informe publicado en el sitio “En el Subte” da cuenta de que fuentes oficiales admitieron el hallazgo de piezas con asbesto en los trenes CAF 6000 de la línea B.
Son unidades españolas de segunda mano (cuya adaptación hizo que el costo subiera como si fueran trenes nuevos) y fueron adquiridos pese a la prohibición de importar unidades que tuvieran asbesto, también conocido como amianto, un material muy utilizado en construcción y maquinarias a mediados del siglo pasado y que fue prohibido en gran parte del mundo, porque miles de personas mueren cada año ya que los síntomas pueden aparecer hasta 50 años después de la exposición.
Al respirarse, las fibras de asbesto pueden alojarse y acumularse en los pulmones y causar lesiones, desde el cáncer de pulmón hasta el engrosamiento pleural.
Esos vagones habían sido destinados a la línea B, una de las más utilizadas, con casi 250 mil pasajeros diarios, más 700 u 800 personas que trabajan en talleres, estaciones y trenes.
Años atrás, la presencia de asbesto fue negada, pero ahora el material cancerígeno fue detectado en juntas, arandelas y fusibles.
Los trenes están siendo intervenidos en el Taller Rancagua para retirarles el peligroso material, potencialmente cancerígeno.
El informe del sitio En el Subte.com