Delfino, con problemas de arranque

 

Por RODY RODRIGUEZ.

Desde el mismo momento en el que Cambiemos ganó en Hurlingham las elecciones del 2017, Lucas Santiago Delfino, en un lógico estado de excitación, supuso que el camino hacia la intendencia se acortaba.

En su entusiasmo llegó a calificar la victoria de la oposición en Hurlingham como un hecho inédito e histórico. Ninguna de las dos cosas son ciertas, pero lo que si es cierto es que el triunfo de la lista que él encabezó contra la de Martín Rodríguez de Unidad Ciudadana, lo posicionó en el mejor lugar con vistas a las elecciones del 2019.

Pero antes de llegar al 2017, y a nuestros días, pasaron cosas…

Lucas Delfino irrumpe en la política local casi al mismo tiempo que Juan Zabaleta se convierte en protagonista en Hurlingham. Fue en el 2013 que ambos se postularon para concejales. Delfino de la mano del ex político Francisco De Narváez y Zabaleta por el Frente para la Victoria/PJ. En esa primera elección de ambos, Zabaleta quedó segundo, a poco más de 7 puntos del frente liderado por los Acuña. Delfino, -que por ese entonces se asumía como frondizista- obtuvo un digno 7,12 %.

Luego Delfino mutó al macrismo y en las elecciones del 2015, cuando se eligió intendente, optimizó holgadamente su desempeño y llegó al 28,36% en una elección que ganó Juanchi y en la que Acuña quedó tercero.

Tras esos resultados, para Delfino, Juan Zabaleta se convirtió en un espejo, en un ejemplo a seguir: había que repetir lo que Juanchi hizo como concejal durante la gestión de Acuña como intendente. Esto quiere decir, ser protagonista de la escena pública, generando actos de gobierno que eclipsaran a las acciones del municipio. La estrategia podía calcarse: Zabaleta intendente, Delfino en el espacio que gobierna la provincia y la Nación; los recursos (o los «fierros» como suele decirse en el ambiente político) en manos de Lucas que además se encaramó como funcionario de alto nivel del gobierno macrista.

Pero la historia no fue la misma, tal vez porque, entre otras cosas, los intérpretes son distintos. Zabaleta no tuvo la misma actitud que Luis Acuña y a Delfino le quedó grande el rol que cumplió Zabaleta.

Nunca pudo sacar provecho de ser el representante de la provincia y de la Nación. No pudo generar una sola obra significativa para el distrito. Una universidad o un hospital como gestionó Zabaleta como concejal es una vara demasiado alta, pero al menos Delfino debería haber tratado de conseguir un cajero automático para William Morris o lograr que se abra un paso a nivel en Villa Club. Nada. Timbreos cada dos meses, hacer que escucha a vecinos acompañados por algún funcionario, y apariciones esporádicas en programas de debate político en televisión, donde queda expuesto su desconocimiento en la mayoría de los temas que se tratan en esos programas, son algunas de las acciones que pudo desarrollar.

Tal vez la Subsecretaría de Asuntos Municipales terminó siendo su «zona de confort» como se suele decir actualmente y optó por hacer la plancha y esperar que la buena suerte lo siga acompañando. Y así fue. La ola amarilla le permitió a Lucas Delfino –sin hacer demasiados méritos- ganar las elecciones del 2017 y convertirse en concejal. Y si bien es cierto que Juan Zabaleta no participó de esas elecciones, Delfino recuperó espacio y se convirtió, como decíamos al principio de esta nota, en el más fuerte candidato a arrebatarle la intendencia al peronismo en el 2019.

Y así lo expresó públicamente. Su deseo es gobernar Hurlingham.

Era de suponer entonces que el 2018 sería el año del despegue, del arranque en una carrera que lo llevara a convertirse en intendente un año después.

Delfino ensayaba ser como Zabaleta contra Acuña, pero está más cerca de ser el Zabaleta treintañero que disputó la intendencia de Morón.

Vale la pena repasar esa historia:

El año 2003 fue un año electoral, se eligió, entre otros cargos al intendente de Morón. Juan Zabaleta había ganado las elecciones legislativas del 2001 y presidía el Concejo Deliberante en el distrito gobernado por Martín Sabbatella que había llegado a gobernar Morón representado a la Alianza. Con el peronismo en el gobierno nacional desde mayo de ese 2003, con Néstor Kirchner como presidente, las posibilidades de Zabaleta de ganarle a Sabbatella y quedarse con la intendencia eran muchas.

Sin embargo no fue así. Sabbatella (esta vez como candidato del espacio Nuevo Encuentro) fue reelecto intendente con el 52,72% contra el 22,96% del candidato del PJ.

Ese capítulo de la historia moronense puede compararse con la historia reciente de Hurlingham, de hace apenas dos años. Delfino también ganó la legislativa. También pertenece al espacio que gobierna la Nación y la provincia, y cree que con Macri y Vidal en el poder las chances de quedarse con la intendencia son muchas. Cree o creía porque ahora le es difícil tener argumentos y herramientas para hacer frente a la situación crítica que atraviesa Cambiemos.

Como decía un locutor en las propagandas que los camiones Iveco tenían en las transmisiones de fútbol: ¿Arranca o no arranca? Y en este caso Delfino no arranca. Entre otras cosas porque a poco de ese triunfo arrollador del macrismo en casi todo el país, el universo cambiario se desmoronó. Y en ese derrumbe Delfino también terminó desparramado.

Los números de la economía son lapidarios. La inflación pulveriza los salarios, el dólar levita periódicamente, los precios y las tarifas se disparan, la economía se hunde, crece la pobreza y la indigencia, la imagen negativa de Mauricio Macri llega a niveles insospechados y hasta la imagen impoluta de la gobernadora Vidal queda enchastrada por la mugre de los aportes truchos en la campaña electoral.

En ninguna de las encuestas encargadas por Cambiemos Delfino logra superar a Juan Zabaleta en un hipotético enfrentamiento electoral el año próximo. Ni siquiera puede acercarse a los niveles de imagen positiva que tiene el intendente.

Frente a este panorama no resulta descabellado lo que piensan y confiesan, algunos allegados a Lucas Delfino. Como el camino hacia la intendencia está plagado de escollos, no son pocos los que creen que otro camino es posible, como titula el último documento del PJ, y fantasean con la idea de una postulación para Delfino a un cargo legislativo, que ofrezca mayores garantías, otras seguridades, y hasta se animan a pensar en una figura como la de la actual concejal (y titular del ANSES local) Andrea Giorgini, como posible candidata a intendente.

No es tan fácil. Esas cosas no se deciden localmente. Tampoco Rogelio Frigerio, el padrino político de Lucas Delfino pasa por un gran momento, con lo que su grado de influencia tendría escaso peso a la hora de pretender darle un destino legislativo a su ahijado.

Falta poco más de un año para las elecciones. Es mucho tiempo pero pasa rápido. Para lo que sea ya es hora de arrancar, ir avanzando aunque sea lentamente, pero Delfino hasta ahora está en los boxes.

 

1 Comentario

  1. Delfino es un inepto.. ahora si zabaleta tiene image positiva, no hay dudas que los habitantes de hurlingham son todos imbeciles..
    nunca el distrito estuvo peor que ahora, miles de calles rotas, muy pocas obras y pesimamente terminadas, inseguridad total, mas droga en las calles, cero cumplimiento de obras de cloacas y agua.. zabaleta es PEOR que acuña y ya es mucho decir

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