“El vallado por la culata”

Por Rody Rodríguez.

El jefe de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta intentó impedir que la militancia expresara su apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, ordenando a la Policía de la Ciudad, que vallara las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta.

Tras la decisión de Rodríguez Larreta, Cristina Kirchner publicó una carta. “Hoy amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada”, escribió y destacó: Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación”.

Sin embargo, las vallas fueron un imán para la militancia y miles de personas, y entre ellos referentes del Frente de Todos, coparon las inmediaciones de la casa de Cristina en Recoleta, ya no solo para apoyar a la líder peronista, sino también para repudiar la decisión del Gobierno porteño, que agravó la situación cuando ordenó a la Policía de la Ciudad, reprimir a la multitud.
Los incidentes en la cercanía del domicilio de la expresidenta comenzaron luego de que un grupo de manifestantes tumbara las vallas dispuestas por efectivos policiales, que en horas de la tarde lanzaron agua desde camiones hidrantes y gases lacrimógenos sobre la gente.

Antes, en horas del mediodía, agentes de seguridad urbana coordinaron la colocación en el lugar, de dos volquetes llenos de piedras y escombros. Es muy difícil no suponer que “la estrategia” era dejar elementos para que ante la mínima provocación los manifestantes utilizaran esos escombros para atacar a la policía y así justificar la represión. Afortunadamente, nadie tiró piedras, pero la represión se produjo de todos modos.
Mientras, durante la jornada, una innumerable cantidad de actos se replicaron a lo largo y ancho de todo el país.

El dirigente social Juan Grabois, señaló en declaraciones que «el vallado es una estupidez propia de la tradición histórica gorila, levantar los puentes en el ’45, levantar vallas ahora, pero los muros siempre caen» y expresó que la plaza «se va a llenar de gente».
El gremialista de la educación, Hugo Yasky, a su vez destacó que «nuestro pueblo luchó mucho contra las dictaduras, tuvimos genocidio, la proscripción de Perón, pero siempre la violencia y la represión fue la lógica con la que quisieron romper el vínculo y su líder» y «sucede ahora con Cristina».

El ministro y presidente del PJ de Hurlingham, Juan Zabaleta dijo a través de sus redes: El peronismo cada vez que tuvo que defender derechos siempre salió a la calle. En estos días lo hicimos con amor, alegría y en paz. Esta provocación innecesaria del macrismo no es solo contra Cristina Kirchner, sino también en contra de nuestra extensa y democrática historia”.

La concentración fue en aumento a medida que avanzó la jornada. La decisión infeliz de Rodríguez Larreta terminó generando un efecto muy contrario al imaginado. Parafraseando un dicho popular “le salió el vallado por la culata”.
La vicepresidenta en sus redes sociales se pronunció sobre este operativo dispuesto por el Gobierno porteño y manifestó que «La lógica del Sr. Larreta es la misma lógica del partido judicial».
«Para los macristas: cuidado y protección. Para los peronistas: vallas, infantería de la Policía de la Ciudad y hasta palos, gas lacrimógeno y gas pimienta como la noche del lunes. Nunca fueron ni serán democráticos», remarcó la Vicepresidenta.

Las vallas habían sido dispuestas esta mañana en Juncal y Paraná y Juncal y Uruguay, en inmediaciones del domicilio de la vicepresidenta en Recoleta, donde también concurrió la guardia de infantería y un camión hidrante de la Policía de la Ciudad, que se retiraron unas horas pero luego volvieron y reprimieron a manifestantes cuando éstos derribaron el vallado.
El jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, explicó en declaraciones a la prensa, antes de la represión policial, que «una cosa es acompañar y otra es alterar el orden público durante varios días consecutivos en un barrio de la Ciudad» y fue uno de los más enérgicos en mantener el vallado “para que el barrio recupere la tranquilidad».
En la manifestación, el diputado nacional del FdT, Leopoldo Moreau, anunció que denunciará al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y al Ministerio de Seguridad de CABA porque «la Policía de la Ciudad estaba filmando y haciendo un registro de los manifestantes en la esquina de Paraná y Juncal» y «eso es espionaje ilegal».
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, sostuvo en declaraciones realizadas a la prensa desde la marcha como «una locura lo que está haciendo la ciudad de Buenos Aires de estar vallando la ciudad con un aparato represivo, estamos muy preocupados» y afirmó que «desde la secretaría de Derechos Humanos vamos a presentar un habeas corpus preventivo por posible provocación que pueda cometer la policía».

Tras los incidentes, hubo una reunión entre el ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro, el ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri, con el ministro de seguridad de la Nación, Aníbal Fernández y el viceministro de justicia Juan Martín Mena, para evitar que tensión crezca, con consecuencias graves.
La manifestación en la Plaza Vicente López, donde había carteles con consignas como «El pueblo con Cristina la mafia con Macri», «La defensa de Cristina es una tarea nacional» y «Si la tocan a Cristina que quilombo se va a armar», se realizó en el marco de cánticos dirigidos a Larreta como «Sacá las vallas» y la marcha peronista y banderas de ATE, Taxistas Unidos, El Nuevo Encuentro Peronista, Frente Popular Darío Santillán y Movimiento Popular la Dignidad, entre otros.

 

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