La basura en el medio de la relación de Zabaleta con algunos concejales


En sesión extraordinaria, el Concejo Deliberante de Hurlingham aprobó el pliego de la licitación para la recolección de residuos, estableciendo las reglas y las condiciones a las empresas que deseen participar del concurso. En la actualidad el servicio de recolección lo hace la empresa Panizza SA, tras una contratación directa –aprobada por el Concejo- tras la recesión del contrato con Martín y Martín, que realizó la misma tarea desde 1995.
El contrato directo con Panizza tiene fecha de vencimiento, por eso el gobierno de Juan Zabaleta, tiene la obligación de llamar a licitación (de la que seguramente participará Panizza). La iniciativa del Departamento Ejecutivo, contó con el acompañamiento de la mayoría de los bloques excepto los concejales que ahora representan a Unidad Ciudadana.
La discusión sobre la licitación para recolección de basura quedó en medio del clima electoral, y fundamentalmente en las diferencias que separan al oficialismo conducido por el intendente Juan Zabaleta y los concejales que representan a La Cámpora y a Nuevo Encuentro.
Así fue como las disidencias con el proyecto del Departamento Ejecutivo provinieron de ediles que, hasta antes de las confección de la listas para las PASO, eran considerados del riñón del “juanchismo”, como Adrián Eslaiman, Cecilia Saenz, Martín Rodríguez y Natacha Ghergo.
A tal punto fueron evidentes las diferencias, que Martín Rodríguez (presidente del Concejo y primer candidato de Unidad Ciudadana) intentó frustrar la realización de la sesión extraordinaria. Incluso hubo concejales que revelaron que el joven Rodríguez tenía la intensión de que no hubiera actividad legislativa hasta después de las elecciones generales.
La supuesta rebeldía de los dirigentes de Unidad Ciudadana, chocó con la mayoría de sus colegas, de todos los bloques, que facilitó la concreción de la sesión, debiendo los rebeldes deponer su actitud y dar el presente y ocupar sus bancas.
Si bien las diferencias expuestas se basaban en cuestiones técnicas sobre la confección del pliego licitatorio, resultó inevitable relacionar la conducta opositora del cuarteto de concejales mencionados con la coyuntura interna que vive el denominado -hasta no hace mucho-, Frente para la Victoria de Hurlingham.
El rol de constructor del randazzismo que tuvo Juan Zabaleta desde principios de este año, y que lo ubicó en una situación incómoda en estas PASO, generaron malestar en su propio tropa. Algunos se resignaron en silencio a estar al margen de las primarias, otros, como los dirigentes de La Cámpora y el sabbatellismo hicieron honor a su historia y se encolumnaron detrás de la ex presidente Cristina Kirchner, tensando la relación con Zabaleta. Primero fue la inasistencia (que pasó desapercibida) a una sesión del Concejo, luego vino la renuncia de una media docena de funcionarios municipales y ahora llegó la sesión sobre la basura con este grupo de concejales parados en la vereda de enfrente.
Ya en la sesión, la concejal Natacha Ghergo, (que fue por algunas horas primera candidata a concejal por Cumplir, y luego renunció para sumarse a Unidad Ciudadana), advirtió que “Hay muchas deficiencias técnicas y conceptuales, así como falta de planificación. Anualmente representa un 30 por ciento del presupuesto municipal” y agregó: “No se especifica cuadrantes, equipamientos ni camiones”.
En el mismo sentido se expresó Cecilia Saenz, que opinó: “Entendemos que es importantísimo tener un marco legal para tener las herramientas necesarias y defender las cuestiones relacionadas a intervenir dentro de nuestro suelo”.
El presidente del bloque oficialista, Miguel Quintero puso el condimento político al afirmar: «No sé a quién representan ustedes. Yo respondo al intendente y el intendente no va a hacer nada que perjudique a los vecinos”.
Por su parte, el socialista Lautaro Aragón indicó: “Cuando se hizo la contratación directa se hizo bajo este mismo pliego de condiciones, parece que la coyuntura nos invita a decir cosas distintas” y añadió: “Se agrega un ad referendum de este Concejo, así que si surgen mecanismos poco claros vamos a poder discutirlo”.
Finalmente el Concejo Deliberante aprobó el pliego que habilita la licitación para la contratación del nuevo servicio de recolección de residuos en el distrito. Que tendrá un contrato por seis años, por un monto que supera los mil millones de pesos en total, algo así como 180 millones al año. Esta iniciativa había entrado en comisión hace cuatro meses y la mayoría de los bloques decidió no hacer modificaciones de último momento y respetar las condiciones de contratación presentadas por el Ejecutivo.
La ordenanza fue votada por 16 concejales de distintos bloques con la oposición de los concejales que componen Unidad Ciudadana. Tras la sesión y entrevistado por Radio Web La Cortada, Adrián Eslaiman dejó en claro que “no se rompió el bloque” e insistió en dar argumento técnicos sobre el voto negativo: “Teníamos cinco meses para cambiar el proyecto inicial de contratación, propusimos modificaciones para que los vecinos no queden desprotegidos respecto de la empresa, como no se aceptó, nos vimos en la obligación de no acompañar el proyecto” explicó el referente de Nuevo Encuentro.
Eslaiman, que es nuevamente candidato a concejal, detalló que “tiene que ser un pliego en el cual muchas empresas puedan participar sobre la licitación, esa es la forma de dar una gestión transparente y por sobre todo un mejor servicio” y sostuvo que “desde que asumió Juan (Zabaleta), presentamos objeciones y modificaciones a los proyectos y expedientes que desde el ejecutivo envían al Concejo, como en este caso no quisieron modificar la propuesta luego de presentar nuestras mejores, decidimos votar en contra”.
Una mirada diferente tuvo el concejal Aragón que en declaraciones periodísticas dijo: “Los concejales que votaron en contra no van a las comisiones, que es donde se debe debatir y trabajar cada uno de los pliegos” explicó Aragón. “Este problema se hubiese evitado si ellos le hubiesen sugerido al ejecutivo que haga una licitación hace cinco meses y no una contratación directa, medida que ellos apoyaron dentro del consejo deliberante”.
“Ellos deberían cumplir con su rol de concejales que es ir a las comisiones, que el presidente del concejo, alguien que este lunes votó en contra, llame a sesiones ordinarias y no hacer pantomimas para los medios de comunicación y quedar como los rebeldes” finalizó el joven dirigente socialista.

LOS CUESTIONAMIENTOS AL PROYECTO
Tras la sesión los concejales Rodríguez, Ghergo, Saenz y Eslaiman hicieron público sus diferencias con el proyecto oficial. Este es el texto completo:

“El servicio de recolección y disposición de los residuos urbanos es un tema fundamental de la vida de nuestra ciudad. En noviembre vence el actual contrato; como concejales y vecinos de Hurlingham, queremos contarle a la comunidad por qué objetamos el Pliego de Bases y Condiciones para los contratos de recolección de residuos enviado por el Poder Ejecutivo municipal, y cuáles fueron las modificaciones que propusimos para alcanzar un servicio modelo.
Este Pliego de Bases y Condiciones reglamenta la concesión del contrato más importante de la historia del Municipio: abarca un lapso de cinco años y su valor es de 1020 millones de pesos, cifra que supera todo el Presupuesto municipal para un año y para todos los rubros. Nunca antes el Municipio de Hurlingham había encarado un contrato tan elevado. Ahora tenemos la oportunidad, por única vez hasta el año 2022, de discutir qué servicio de recolección queremos en nuestro distrito.
Para contar con un pliego que garantice el mejor servicio, nos abocamos a la tarea de consultar diversos especialistas y estudiar distintos antecedentes de contratación. De allí surgió la propuesta de incorporar 47 modificaciones. Todas, sin distinción, fueron rechazadas. (Ver link:http://bit.ly/RecoleccionDeResiduos)
Con nuestras mejoras buscábamos resolver, entre otros, los siguientes problemas:
1) La empresa que gane la licitación tendrá potestad para rescindir unilateralmente el contrato, dejando a los vecinos sin servicio. Esta cláusula resulta abusiva, e inclina la balanza muy a favor de la empresa: ante cualquier conflicto, tendrá la posibilidad de romper en forma uniltateral el vínculo, y sabemos lo importante que es para una ciudad que la recolección funcione sin interrupciones.
2) Habilita la posibilidad de renovación perpetua del mismo contrato, en las mismas condiciones actuales, sin que vuelva a ser discutido por el Concejo Deliberante y, por lo tanto, sin que podamos incorporarle nuevos avances técnicos o nuevas exigencias ambientales.
3) El pliego carece de especificaciones técnicas, es decir que no indica en detalle a qué deberá comprometerse la empresa contratista. No delimita con precisión los cuadrantes que debe recorrer el servicio, ni la cantidad de personal y equipamiento del que debe disponer, ni tampoco si los móviles deben contar con brazo mecánico para levantar contenedores o qué capacidad de carga debe tener cada uno, entre otras cosas. Tampoco indica dónde se realiza la disposición final, es decir, el punto de descarga de la basura. Esta cuestión también resulta problemática ya que el Municipio, según el pliego, no tiene forma de saber dónde fueron descargados los residuos; si se los depositó en el CEAMSE o en otro lugar; si despachó la cantidad acordada, u otra. Además, como no realiza especificaciones técnicas, el pliego tampoco establece un sistema de puntaje que permita comparar objetivamente la oferta de una empresa con la de otra.
4) Otro aspecto central es que, si la empresa demanda un aumento en la contraprestación que el Municipio no puede afrontar, el pliego lo habilita para negociar una reducción en el servicio, lo que perjudicaría directamente a los vecinos de Hurlingham.
El pliego presenta otras complicaciones, tales como la omisión de marco normativo, la falta de información respecto de la sustentabilidad ambiental de la propuesta y la ausencia de mecanismos de fiscalización por parte del Estado, como así también la inclusión de la desobstrucción de sumideros y pluviales en un pliego que tiene por objeto otro servicio, lo que disminuye la cantidad de potenciales oferentes.
En resumen: acompañar el pliego tal cual fue elaborado, sin que se incorporara ninguna reforma, equivalía a dejar a los vecinos a merced de la buena voluntad de una empresa hasta el año 2022, porque el Estado municipal –cuya función es cuidar a los ciudadanos– se estaría autolimitando en su capacidad de control. Como representantes del pueblo, no podíamos acompañar ese proyecto sin proponer mejoras.
Nuestras propuestas son las de todos los vecinos. Queremos que haya contenedores en todos los barrios y que sean vaciados todos los días. Queremos un sistema integral sustentable que reduzca la generación de residuos minimizando el volumen a enterrar, que avance en la recuperación y el reciclado, que disminuya la toxicidad y que establezca mecanismos de concientización sobre la separación en origen. Queremos que haya Centros de Acopio municipales donde el material reciclado sea clasificado y distribuido para nuevos procesos productivos. Queremos que la empresa también se encargue de limpiar nuestras calles luego de las festividades o espectáculos al aire libre. Queremos un Estado inteligente, con herramientas para defender a los vecinos, de manera que Hurlingham se transforme en una ciudad ejemplar en materia ambiental. Y queremos que todo eso figure por escrito, para que haya reglas claras.
Lamentablemente, nuestras propuestas para mejorar las condiciones a las que debe ajustarse la empresa que ganó la licitación no fueron consideradas, y el pliego fue votado tal como llegó. Nosotros, desde el FPV, hemos acompañado todas las medidas tendientes a mejorar la calidad de vida de los vecinos. Incluso hace unos meses aprobamos un pliego de emergencia para que una empresa que trabaja en Ituzaingó pudiera reemplazar a la firma anterior. Pero ese pliego era por cinco meses, excepcional, para salir de una emergencia, y el que se aprobó en la última sesión –que es idéntico– se extiende, como mínimo, por cinco años. Había una oportunidad para que Hurlingham empezara a convertirse en una ciudad verde modelo. Creemos que la oportunidad sigue abierta.
Llama la atención que los concejales de Cambiemos hayan apoyado el pliego actual sin sugerir absolutamente ningún cambio. Esperábamos que intentaran acercarlo al que tiene la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mucho más exigente con las condiciones que se le ponen a las empresas recolectoras. Es cierto que la Capital, producto de la injusta distribución de los fondos públicos, percibe siete veces más recursos per cápita que los municipios de la provincia, sobre todo de los que gobiernan intendentes del FPV.
Lo más importante es que estamos a tiempo de realizar mejoras. Podemos llegar a un pliego de primer nivel, para que nuestra comunidad tenga el mejor servicio de recolección posible en el tiempo más corto posible. No es una meta inalcanzable. Podemos construir una ciudad verde, limpia y saludable, con un Estado que controle a las empresas para que las familias disfruten de vivir en los barrios de William Morris, de Villa Tesei, de Hurlingham”.

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