Por Raúl A. Coria.
Residía en el Geriátrico El Parque de Marques de Avilés y Poeta Risso.
Desde hace tiempo José Ángel Abati viene efectuando reclamos por deficiencias en el Geriátrico El Parque, ubicado en Marqués de Avilés 2877 de Hurlingham. Incluso El Ciudadano publicó cartas con sus quejas, en una de ellas, publicada en agosto pasado, Abati decía que «lo tenían marcado por quilombero», pero que él no «iba a bajar la guardia». Y advirtió que «por los 140 internados con problemas psiquiátricos y los 40 con buen uso de razón; no voy a bajar la guardia. Voy a seguir luchando para que esto mejore, porque no nos merecemos que nos falten el respeto, que algunos nos maltraten, porque somos ancianos y por el poco tiempo de vida que nos queda».
Abati siguió reclamando, quejándose, por ejemplo, del mal estado de la comida que le servían y finalmente los dueños del geriátrico lo dejaron en la calle. José Abati quiso contarle a El Ciudadano lo ocurrido y denunciar que fue echado de un día para el otro acusado de algo que no hizo.
«Hace rato que reclamo por el mal estado de la comida y por los malos tratos para con los abuelos, y uno de los responsables, Alejandro Conti, tomó la decisión de echarme como un perro, sin ningún tipo de aviso previo. Me echaron por defender mis derechos, y ellos para justificar mi expulsión me acusan de haber prendido fuego una ropería, una mentira absoluta, y algo imposible de hacer, porque la zona de la ropería está bajo varias llaves. De lo que sí me hago cargo es de haber hecho clausurar la cocina por la comida en mal estado. Ahí adentro, en la cocina hay ratas cucarachas, carne mal refrigerada…».
José Abati afirma que a las autoridades les molesta que reclame lo justo. «Como yo me sé defender y los otros ancianos no, para ellos soy una persona molesta». Los cuestionamientos de José Abati se dirigieron también a otros responsables del hogar para adultos mayores, como Rita Albarracín y a Alejandro Merech (hijo del fundador de la Clínica Sagrado Corazón).
José AngelAbati, que ahora está residiendo en otro geriátrico, dice haber hecho varias denuncias en el PAMI de Hurlingham. «Nunca tuve respuesta del sinvergüenza del director Sebastián Palacio; porque él seguramente está arreglado con el establecimiento y esto es algo que lo confirmo, porque le he pedido que hagan visitas sorpresivas por las muchas denuncias que hay y nunca se hicieron, en el último año que hice varias denuncias nunca ha aparecido, ni él ni su personal».
Qué se puede esperar de un sitio del que son propietarios los dueños de la Clínica Sagrado Corazón de Hurlingham. Es lo peor en lo que se puede llegar a caer. Lo que no se entiende es cómo siguen habilitados ambos lugares y otros tantos. Pero ellos también van a ser viejos y seguro tendrán hijos. Sus hijos aprendieron de ellos cómo se trata y respeta a un adulto mayor.
Porque ante estas denuncias !No se toman acciones??Estas personas no creen que tambien algun dia necesitaran del cuidado de alguien??Estoy muy preocupada!!
Por que?? Tanta desidia y maldad??
Hola a mi abuela le hicieron lo mismo…cómo mi mamá se quejaba hoy la llevaron a mi abuela a la guardia sin avisarnos y la dejaron ahi sin nuestro consentimiento. No nos daban información y hasta dejaron una nota en la puerta de entrada diciendo que ya no puede ingresar al geriátrico