La declaración jurada de Emiliano Acuña, el otro hijo varón del intendente Luis Acuña, presenta curiosidades que son una burla al sentido común. Trabaja desde 2012 con un sueldo promedio mensual de 38 mil pesos, y en solo tres años logró ahorrar casi un millón y medio de pesos.
¿Se puede -a menos de un año de tener el primer trabajo- comprar una casa, y algunos meses después comprar otra vivienda, dos veces más cara que la primera?
Emiliano Acuña, el hijo varón más joven del intendente Luis Acuña, puede dar fe que se puede.
Pero no solo pudo comprar dos casas, en poco menos de un año, con el sueldo que ganó como asesor de su mamá en la Legislatura bonaerense, Emiliano Acuña también compró un par de automóviles.
¿Es un ejemplo magnífico de la movilidad social ascendente que este gobierno reeditó de los viejos principios justicialistas?, y si es así ¿cómo Emiliano no se ha convertido en un fanático defensor de este modelo kirchnerista, que tantas posibilidades le ha brindado a él, a sus hermanos, y a sus padres? Beneficiarios sin dudas, de esta década, en la que los Acuña ganaron y en demasía.
Emiliano Acuña, como sus hermanos y sus padres, debió entregar su declaración jurada por requerimiento de la Justicia Federal de Morón que investiga si la familia Acuña cometió el delito de lavado de dinero y evasión de impuestos, utilizando como herramienta una empresa familiar, la ya famosa FASIEM SRL, integrada por los hermanos Silvina, Emiliano y el concejal Fabrizio Acuña (el hijo prodigo), y la mamá, la diputada nacional del massismo, Azucena Ehcosor.
FASIEM SRL es una empresa que no produce, no vende, no tiene ingresos, pero todos los años adquiere propiedades y automóviles de un modo injustificado, según lo interpretó el Fiscal Sebastián Basso.
Cada una de las declaraciones juradas presentadas por la familia Acuña, tiene sus particularidades, la de Emiliano, no es la excepción. Con pocos años de aportes y trabajo en blanco, -siempre como empleado de su mamá-, Emiliano logró acrecentar su patrimonio.
Esto pudo saberse ya que fue el portal informativo Buenos Aires 2punto0, el sitio que publicó detalles de las declaraciones juradas de los Acuña.
La semana pasada el portal bonaerense publicó que “el menor de los varones del clan Acuña sólo tuvo dos trabajos en blanco: el de asesor de su madre en el Senado bonaerense desde el 01/02/2012 hasta el 31/12/2013, y el mismo cargo en la Cámara de Diputados de la Nación desde que su madre asumió una banca del Frente Renovador hace menos de dos años.
Desde la creación de FASIEM, en 2005, Emiliano es uno de sus integrantes y como tal, uno de los beneficiarios de una SRL que no demuestra actividad real, que no genera ganancias, pero que acumula propiedades que están relacionadas directamente con el uso personal de la familia Acuña”.
Explica también que el “escueto currículum” de Emiliano Acuña “no le impidió acceder al mercado inmobiliario a corta edad. De acuerdo a lo declarado por él mismo, el 14 de diciembre de 2012 pudo comprar una casa ubicada sobre la calle Pizzurno (a media cuadra del nacimiento de esta arteria) en Hurlingham, por un valor reconocido en 350 mil pesos. Y apenas cinco meses después, compró otra casa (un chalet de dos pisos) en la calle Ravel al 700, del mismo distrito, por un valor oficialmente reconocido en 800 mil pesos”.
Un dato curioso que destaca BuenosAires 2punto0, es que “ante la AFIP, en 2013, declara un patrimonio inmobiliario que asciende a $ 1.150.000, al que agrega bienes muebles por $ 69.750 y $ 245.000 dice tener en efectivo. O sea, un patrimonio total de $ 1.464.750. La misma declaración reconoce ingresos por relación de dependencia de $ 478.850 anuales, lo que da un promedio de 36.800 pesos mensuales contando aguinaldo”.
Es notable la capacidad de ahorro de Emiliano Acuña, que en apenas 3 y medio de actividad laboral, y siendo integrante de una empresa deficitaria como FASIEM, pudo cubrir sus gastos corrientes, (comer, vestirse, gastos para la salud, comprar nafta, darse algunos gustos), manejar cuentas bancarias en cinco entidades financieras y encima ahorrar casi un millón y medio de pesos.
El intendente Luis Acuña, que en estas elecciones se vuelve a presentar para ese cargo (la cuarta vez), tiene como hábito poner de primer candidato a concejal a sus hijos. Lo hace este año con Fabrizio, quien ya encabezó la lista de concejales en 2011. En el 2013 le tocó a Emiliano ser el primer candidato a concejal por el massismo; su papá, el intendente Luis, no solo no lo dejó hablar en toda la campaña, sino que además, no lo dejó asumir el cargo. Emiliano Acuña pidió licencia y se fue a trabajar otra vez con su mamá, como asesor en la Cámara de Diputados de la Nación.