La interventora de la fundación Felices los Niños, Natalia Gambaro aseveró que la normalización fue un “trabajo multifacético”. “Desde chiquitos de 3 años que trataban de pronunciar la palabra interventora, termino con dos ahijados, aprendí muchísimo de educación y de procesos administrativos”, contó.
“El trabajo fue 24 por 7, la familia fue muy paciente, tuvimos muchos voluntarios, y funcionarios muy comprometidos”, añadió.
Gambaro señaló además que el próximo paso será nombrar un nuevo consejo de administración, y “abrir la Fundación a la sociedad, permitir también la continuidad de los colegios que era una preocupación que teníamos al principio, y aprovechar este predio enorme que hoy está desaprovechado para mejores proyectos educativos y productivos”.