Por Florencia Saafigueroa / Fotos: Julieta Alfonso ||
A diez años del fallecimiento del artista plástico Salvador Russo Ferrán, el sábado 20 de septiembre comenzó una muestra de sus obras en el Centro Cultural Municipal “Leopoldo Marechal” de Villa Tesei.
“El artista tiene vida a través de sus obras”. Así justifica Lidia Michelli, esposa de Salvador Russo Ferrán, su incansable presencia en cada exposición que realiza en honor a su marido.
El sábado 20 se realizó la apertura de la muestra de este artista plástico que durará hasta el 10 de octubre, en el Centro Cultural de la Municipalidad, de Vergara 2396 en Villa Tesei. En la ceremonia bailó una pareja de tango, (otra de las grandes pasiones del artista), hubo discursos de la Comisión de Homenaje y se realizó un brindis junto a sus familiares, alumnos, amigos y admiradores.
“Pienso que el artista a través de sus obras vive, por eso yo no me canso de realizar muestras de sus pinturas. Mi marido amaba el dibujo y las caricaturas, pintaba hasta sueños. La gente le contaba un sueño y él lo dibujaba. Se emocionaban mucho porque parecía que lo hubiera soñado él”, recordó su mujer.
Lápiz, pluma, óleo. La muestra cuenta con 14 cuadros seleccionados por la Dirección de Cultura del municipio y refleja la variedad de estilos del artista acompañado por su fanatismo hacia los caballos y la caricatura. Entre los elegidos se encuentra “Utero cosmo” que fue premiado por 70 artistas. Cada cuadro cuenta una historia.
“Al hacer la cura de la muestra y mientras pensaba cómo ubicaría cada cuadro me emocioné muchísimo porque además de un pintor era un poeta que creía en la danza y eso está reflejado en cada trazo de su pluma. Salvador era inigualable y desde la dirección de cultura estamos muy agradecidos de poder revivir una vez más a este artista”, expresó el representante de la Dirección de Cultura.
Si bien nació en Bernal en 1937, Salvador vivió en la ciudad de Hurlingham casi toda su vida. Fue un gran artista y de una extensa trayectoria. Retratista, ilustrador y humorista. Obtuvo el premio al mejor dibujante de un colegio primario y a sus ocho años hizo el primer curso de dibujo artístico. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Belgrano y desde entonces expuso regularmente en galerías y salones de Buenos Aires.
“Lo recordamos afectuosamente y con gran admiración. Salvador supo ganarse el respeto y cariño de todos los que lo conocíamos. Tan magistrales fueron sus trabajos como extraordinariamente sencilla su personalidad y con su modestia demostró que era un grande”, confesó Elvira integrante de la Comisión de Homenaje a Russo Ferrán. Salvador colaboró en la revista Anteojito, en la Editorial Atlántida, el Libro de Oro de Patoruzú, la revista Rico Tipo y otras importantes publicaciones de Buenos Aires.
También era muy reconocido en Japón. En 1987, un coleccionista japonés viajó especialmente a la Argentina para comprarle veinte pinturas. Luego organizaron una muestra en Tokio de la cual se vendieron todas las obras expuestas.
En Hurlingham, además de exponer, fue profesor de pintura del Centro Cultural Municipal así como también en la Casa de la Cultura y en varios colegios privados y estatales. Actualmente, una sala del Centro Cultural Benito Quinquela Martín lleva su nombre.
No solo pintaba, cantó tango 20 años en el coro de Gimnasia Esgrima y en el coro Facultad de Medicina. Por eso, la música se ve reflejada en varias de sus obras, aunque no fue su única musa. Le apasionaba dibujar caballos y de esta temática expuso una serie de trabajos en el Hurlingham Club y en el Club Hípico Alemán.
Lidia contó que Salvador se “murió pintando”. Cuando lo estaba por llevar a internar -motivo de una insuficiencia renal que le causó la muerte- “El Russo” se sentó en la mesa y dibujó al médico que lo había operado anteriormente y a una enfermera del hospital.
“Yo en ese momento lo tiré a la basura porque él pintaba todo el tiempo, en anotaciones, carteles recordatorios, a todo le agregaba un dibujo. Ese día sin saberlo no le di importancia y ese último bosquejo lo tiré”, lamentó la mujer.
Pasaron diez años de la muerte de este prestigioso artista pero su obra aún sigue en pie. La muestra podrá ser visitada de lunes a viernes de 9 a 19 horas y los sábados de 15 a 20 horas. Además, en los próximos meses también se expondrán sus trabajos en el Jardín Japonés.