El ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Julián Domínguez, se presentó junto a otros dirigentes del peronismo en la Universidad Nacional de Hurlingham para presentar un informe analítico sobre la realidad del país y de la provincia de Buenos Aires.
Domínguez junto al economista Agustín D´attelis; el ex diputado Mario Oporto; la directora del Banco Provincia Andrea García y el ingeniero agrónomo y periodista agropecuario Javier Preciado Patiño, entre otros forman un equipo que elaboran periódicamente un informe que dieron en llamar “El Termómetro”. El 20 de diciembre hicieron la tercera entrega de ese informe en la Casa de Estudios de Hurlingham, en esa ocasión, Domínguez (que estuvo acompañado por el intendente Juan Zabaleta y por el rector de la UNAHUR, Jaime Perczyck) afirmó que “las familias argentinas se están endeudando para subsistir, ya no se endeudan para comprarse un auto o un electrodoméstico, sino para comer”, al presentar en Hurlingham que realiza junto a un equipo integrado por
En este contexto, Julián Domínguez destacó: “El gobierno de Mauricio Macri ha llevado a cabo un endeudamiento récord de la Argentina de más de 52 mil millones de dólares”. Y añadió: “Este abandono de la política de desendeudamiento llevada adelante por la anterior gestión y el giro al endeudamiento externo un ritmo muy vertiginoso es irresponsable, aumenta la fragilidad financiera de la economía y condiciona toda posibilidad de crecimiento a futuro”.
Durante su presentación, el dirigente peronista subrayó que “las familias y los trabajadores formales e informales resultaron los principales perjudicados por las decisiones del equipo de gobierno en materia financiera, que provocaron el encarecimiento del costo de los créditos personales y del financiamiento de gastos con tarjetas de créditos”.
En esta línea, Domínguez hizo hincapié en el endeudamiento familiar, y dijo: “Para no resignar su consumo, las familias argentinas recurrieron al endeudamiento”, que este año, según el informe, se distribuyó de la siguiente manera: más de un 10 % del segmento de ingresos entre $ 7000 y $ 12000 mensual llega a endeudarse 8 veces el valor de su salario, alcanzando el valor de los intereses un 30 % del salario.
En cambio los asalariados de más de $20.000 (y en proporción mucho más formalizados que los anteriores) tienen un saldo de deuda promedio de entre 2 y 2.5 veces su ingreso mensual.
Además, el ex presidente de la Cámara de Diputados indicó que “la única recaudación impositiva que creció fue por importaciones. El impuesto al valor agregado bajó un 16,5 por ciento, esto significa que bajó el consumo de alimentos; la seguridad social bajó un 10,2 por ciento, esto significa que bajó el empleo; el impuesto al cheque bajó 15 por ciento, esto significa que bajó la actividad económica. Los impuestos por importaciones subieron un 6,3 por ciento”.
“Seguimos pedaleando en la rueda de la desgracia, es decir, en una dinámica macroeconómica que parte de una caída del ingreso disponible y, a partir de allí, ocurre la consecuente baja en el consumo, caída de la producción, menor rentabilidad empresarial, pérdida de puestos de empleo, y se ingresa al círculo vicioso recesivo”, explicó Domínguez.
Y continuó: “La consecuencia directa de la pérdida de poder adquisitivo se observa en la evolución de las ventas minoristas. Todos los meses de este año se presentaron variaciones anuales negativas y en una caída persistente que pareciera no encontrar su piso. En octubre, según un relevamiento de CAME, las ventas minoristas cayeron un 8,2 por ciento, y según el INDEC en septiembre las ventas en supermercados cayeron 29,7 por ciento”.
Por último, Domínguez se refirió al sector industrial y subrayó: “Se secaron rápidamente los supuestos brotes verdes y la Argentina va camino hacia la desindustrialización”. “La consecuencia directa de la caída en las ventas es la menor producción industrial. Según el INDEC, la industria presenta su octavo mes consecutivo de variación anual negativa, marcando las tendencias a la baja que no se detiene, ni evidencia ningún signo de reversión, sino todo lo contrario. Desde la UIA pronostican para este año la caída en la industria de 4,5 por ciento con una pérdida de 50 mil puestos de trabajo en relación en el 2015”. Y ejemplificó: “Para octubre de 2016, la industria automotriz cayó 19,1 por ciento y los alimentos 3,5 por ciento”.