La escritora de Hurlingham Samanta Schweblin obtiene el Premio Ribera del Duero

Samanta Schweblin recibe el premio Ribera del Duero
La argentina Samanta Schweblin recibe el premio de la mano de Enrique Pascual García (i) (Efe)

La obra «Siete casas vacías», de la escritora de Hurlingham Samanta Schweblin, ganó el IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero. El galardón fue anunciado por el jurado de este certamen literario bienal dedicado al género del cuento en lengua española.

El libro de Schweblin se impuso entre más de ochocientos cincuenta manuscritos presentados por escritores de treinta y tres países diferentes. «Siete casas vacías», un conjunto de relatos sobre las relaciones humanas en los que «la locura sana» actúa como válvula de escape.

Con sus cuentos, la escritora “vuelve a indagar en la normalidad rara o la rareza de lo normal”, destacó el jurado, presidido por el escritor argentino Rodrigo Fresán. “Siete casas vacías es un libro habitado por situaciones familiares u conflictos vecinales en los que predomina un costumbrismo perverso que explora los amores desviados y las formas más singulares de la ternura”, añadió el tribunal, que integran el argentino Andrés Neuman, la española Pilar Adón y la mexicana Guadalupe Nettel, ganadora de la edición anterior.

El galardón, que está dotado con 50.000 euros, es una iniciativa conjunta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero y la editorial Páginas de Espuma, especializada en el género del cuento español y latinoamericano. El premio fue entregado en un acto celebrado en la Casa América de Madrid.

La obra premiada consta de siete cuentos “que tienen que ver con nuestra vida cotidiana, que suceden en un plano real y cercano, pero en el que ocurren algunas cosas que funcionan como válvulas de escape, como ollas de presión, buscando soluciones que quedan por fuera del pacto sociocultural de la normalidad”, explicó Samanta.

“Hay una búsqueda de todo lo que queda por afuera de eso. Una búsqueda y también soluciones que encuentran los personajes. Hay una comunión entre nuestro mundo real y un montón de otras texturas que están cerca pero no nos animamos a tocarlas”, agregó Schweblin, quien actualmente vive en Berlín, donde imparte talleres literarios en el Instituto Cervantes y en su propia casa.

Samanta Schweblin se enamoró de la literatura leyendo a los autores del «boom» latinoamericano, pero aprendió a escribir «con los norteamericanos», entre ellos con Flannery O’Connor, Hemingway, John Cheever, Raymond Carver y J. D. Salinger.

«Hice un cruce entre la fuerza, la magia y lo insólito de la escuela latinoamericana y la precisión, el control y la tensión de la norteamericana», dijo la escritora, que desde hace tres años reside en Berlín.

En la obra ganadora hay «mucha tensión, pero no la del ‘thriller'» sino la que hace creer al lector que «puede obtener de estos cuentos alguna clave sobre la vida, esa sensación de que va a encontrar alguna verdad oculta en el relato».

 

El camino de Samanta

A pesar del contexto social que se vivía allá por el año 2001 en nuestro país, y particularmente en diciembre de ese año, Samanta recibió una gran noticia personal: la llamaron para confirmarle que le iban a editar su libro El núcleo del disturbio (2002) que había ganado el primer premio del Fondo Nacional de las Artes en ese año tumultuoso y difícil para toda nuestra sociedad.

Samanta Schweblin

Además su cuento “Hacia la alegre civilización de la capital”, obtuvo el primer premio en el Concurso Nacional Haroldo Conti.

Schweblin participó en las antologías publicadas por la Editorial Siruela, “Cuentos Argentinos” (España, 2004); la Editorial Norma, “La joven guardia” (Argentina, 2005) y “Una terraza propia” (Argentina, 2006); y varias antologías de centros culturales como el General San Martín y el Ricardo Rojas. Algunos de sus cuentos ya se encuentran traducidos al inglés, el francés, el alemán y el sueco. Su segundo libro de cuentos, Pájaros en la boca (2009), obtuvo el Premio Casa de las Américas 2008.

En 2010 publicó «La pesada valija de Benavides» en la editorial uruguaya La Propia Cartonera y fue elegida por la revista británica Granta como una de los 22 mejores escritores en español menor de 35 años.

En el año 2012 ha ganado el Premio Internacional Juan Rulfo1 por el cuento “Un hombre sin suerte”, en el que narra un encuentro entre una niña y un desconocido.

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