La legión extranjera en el municipio de Hurlingham

Juan Zabaleta

Por Víctor Stefanoni*

Hablemos de nuestro benemérito tercer Intendente, Don Juanchi Zabaleta.

No para un minuto: inaugura jardines, postas policiales, tapa pozos (algunos…) abre barreras, pone lamparitas,  pinta árboles y postes,  trata de normalizar algunas ex sociedades  de «fomento…», que se convirtieron en feudos personales de algunos «referentes… barriales» que resolvieron sus problemas económicos de por vida,  se reúne con Gabriel Katopodis  y otros gentilhombres justicialistas para ver si le encuentran la «vuelta», no de la señora… sino al intríngulis  de nuestra complicada Provincia de Buenos Aires…en fin, hace lo que puede.

Hace lo que puede y más, sobre todo, teniendo en cuenta que no es vecino antiguo de Hurlingham, vino de Morón hace poco y confiesa que «Hurlingham es mi lugar». Nos alegramos mucho que haya encontrado su lugar. Hurlingham es muy lindo, acogedor y generoso, muy generoso, no obstante algunos vecinos y, a veces, los malos funcionarios que hemos tenido.

Juanchi Zabaleta encontró «su lugar», se lo ganó en elecciones democráticas y no lo cuestionamos de ninguna manera. Y más aún, pasará a la historia porque, en el 2013, destrabó, en el Parlamento Nacional nada menos que el proyecto de la Universidad Nacional de Hurlingham que estaba durmiendo desde el año 2001, y que hoy, es una espectacular realidad, con más de 6.500 alumnos en su segundo año lectivo, con dos magníficas sedes y otras dos más en construcción y con un rector que habla muy poco pero que hace mucho.

Pero, a mi humilde criterio, al Intendente Zabaleta lo ha rodeado un grupo de personas, que, por lo pronto «no son del pueblo», es decir, no son vecinos de Hurlingham y alguno que otro corrupto que medra desde los tiempos de Juan Carlos Rousselot.  Esto no está dicho con un sentido descalificador, sino con la preocupación de que Hurlingham pueda estar conducido por una «legión extranjera» integrada por desconocidos que ignoran sus graves problemas, su frondosa y peculiar historia, en una palabra: el rumbo cierto y la capacidad de conducción que toda empresa debe tener para evitar transitar fracasos y frustraciones. Por gente que puede tener la mejor buena voluntad, pero eso no alcanza. Además se corre el riesgo de que ese grupo interceptor le escriba, al Señor Intendente, el «diario de Yrigoyen», que le oculte la verdad y le haga ver un panorama que, en algunos aspectos, podría ser irreal, que le limite y/o restringa presencias, reuniones y entrevistas.

 

*Ex Concejal  UCR

 

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