Santi tiene 23 meses. Sufre una grave malformación cardíaca y pasó por tres intervenciones quirúrgicas en el país, sin conseguir los resultados esperados. Ahora la esperanza está en operarlo en el Hospital de Niños de Boston, en EEUU. Sus padres lanzaron una campaña solidaria para solventar los gastos de esa operación con buenos resultados, pero pese a que los efectos colaterales del coronavirus generan inconvenientes, los esfuerzos se multiplican y el viaje y la operación están más cerca.
Daniela Manuli y Nicolás Herrera, los papás de Santi, son vecinos de Hurlingham. Santi nació hace menos de dos años, con una compleja cardiopatía congénita llamada Síndrome de Shone, una malformación cardiaca, caracterizada por cuatro lesiones obstructivas en el lado izquierdo del corazón. Esta patología infrecuente se presenta en menos de 1 por cada 10.000 recién nacidos. El único tratamiento efectivo es la intervención quirúrgica. Una cirugía que se hace más compleja mientras menor sea el niño.
Santi fue operado en tres ocasiones. La primera vez con solo cuatro días de haber nacido por una grave coartación en su aorta. Antes de cumplir cuatro meses le colocaron un cateterismo cardíaco tratando de mejorar el funcionamiento de su corazón, pero los resultados no fueron los esperados. La última operación fue cuando tenía nueve meses de vida; entró a quirófano para una cirugía a corazón abierto.
«Con esas intervenciones se suponía que iba a estar bien por mucho tiempo» contó su papá Nicolás y agregó: «hoy el corazón de Santi está haciendo más esfuerzo del que debe y eso puede generar un daño irreversible».
Ahora la esperanza está centrada en el Boston Chidren´s Hospital de Estados Unidos, un centro de referencia mundial en el tratamiento de los defectos cardíacos congénitos más raros y complejos. Pero la empresa de medicina prepaga que abona la familia Herrera no cubre los gastos y ante el reclamo de la familia Herrera, se niega a hacerlo.
«Santi necesita viajar a Estados Unidos en abril para que operen su corazón, y la prepaga se niega a cubrirlo. Allí podrían realizarle una reparación valvular que mejoraría su calidad de vida, pero el tratamiento es muy caro, no podemos pagarlo», afirmó Daniela. Es allí cuando nace la idea de la campaña solidaria que llamaron «Latiendo x Santi».
El objetivo de que Santi sea atendido en el Boston Children’s no es caprichoso. Con una trayectoria de 150 años, es el centro de investigación pediátrica más grande del mundo, y es el principal hospital de enseñanza pediátrica de la Escuela de Medicina de Harvard. Además de ser considerado el N° 1 en América. Pero encarar un tratamiento allí no es barato.
Es necesario recaudar más de 120 mil dólares para afrontar el viaje y los gastos de la operación, muchas figuras públicas se hicieron eco de este pedido, y organizaciones como Red Solidaria con Juan Carr a la cabeza, fortalecieron la campaña haciendo que se obtenga un porcentaje importante de la cifra requerida. Hasta los jugadores de Argentinos Juniors, equipo del que son hinchas sus papás y obviamente Santi también, salieron a la cancha con un cartel difundiendo la campaña.
LAS TRABAS POR EL CORONAVIRUS
Santi debe viajar a EEUU en abril, la campaña avanzaba favorablemente. Varios eventos ya estaban previstos para recaudar fondos, hasta que el Coronavirus complicó la tarea solidaria que se estaba realizando.
Los eventos no pueden realizarse, la cancillería estadounidense cerró las puertas y no pudieron hacer la VISA, la empresa aérea LATAM que tenía previsto donar los pasajes, canceló sus vuelos, eso por citar algunas de las complejidades que genera la pandemia.
Los papás de Santi no bajan los brazos. Saben que obtener el dinero para el viaje, los gastos médicos y permanecer alrededor de cinco semanas en el país del norte para el post operatorio, no es una tarea sencilla pero confían en la vocación solidaria de la sociedad. «Si 80.000 corazones solidarios nos donan $100, podemos lograrlo», sostiene Daniela y en el mismo sentido Juan Carr afirma que «todos podemos ayudarlos a que ‘Latiendo X Santi’ llegue bien lejos y puedan conseguir los fondos para la operación»
Se abrió una cuenta solidaria benéfica en la sucursal Hurlingham del Banco Santander (ver recuadro).
Quienes deseen colaborar pueden hacerlo depositando o transfiriendo la donación a esa cuenta.
El plazo es corto. Hay tiempo hasta el 6 de abril, pero la fuerza solidaria es capaz de lograr que el corazón de Santi pueda latir cada vez más fuerte.