Zabaleta siente que la fábrica Rousselot toma por boludos a él y a los vecinos y dispuso su clausura


Una imagen emblemática de una marcha de protesta en el 2015. Foto: Julieta Alfonso|.

Por Rody Rodríguez.

El Municipio de Hurlingham clausuró nuevamente la fábrica Rousselot. «Me toman de boludo» bramó el intendente al comprobar que la empresa incumple sistemáticamente los planes de mejoras e inversiones a los que estaba obligada para que no se sigan generando los olores nauseabundos que invanden desde la planta de Vergara a gran parte de la localidad de Villa Tesei.

El pasado jueves 22 de marzo, a la tarde, minutos antes de comenzar la charla del Juez Daniel Rafecas en la Universidad de Hurlingham, el intendente Juan Zabaleta, visiblemente molesto, hablaba por teléfono en el playón de ingreso de la sede Origone de esa Universidad.
Fue inevitable que aquellos que estaban relativamente cerca lo escucharan decir: «Es insoportable, no podemos bancar esto, me toman de boludo… que la clausuren. Quiero que la clausuren».
Minutos después, ya en la presentación de la charla, junto a Rafecas y al rector de la Universidad, Jaime Perczyk, Zabaleta explicó públicamente lo sucedido. «Me van a tener que disculpar, me tengo que retirar, pero aprovecho para comentarles que hemos decidido clausurar la fábrica Rousselot» y explicó a las visitas que se trataban de una fábrica que hace décadas produce olores nauseabundos que afectan a toda una ciudad. «Por primera vez en 60 años un gobierno municipal se pone al frente de ese reclamo, hicimos todo lo que debíamos hacer, está inter-viniendo la OPDS, (la autoridad ambiental de la provincia), la Defensoría del Pueblo y hasta hicimos una denuncia en la Justicia Federal, sin embargo la fábrica sigue funcionando igual, no hizo nada de lo que prometió y los malos olores continúan, claramente nos están tomando de boludos a mí y a todos los vecinos», dijo frente al auditorio que aplaudió una decisión que todos los sufrientes habitantes de Villa Tesei esperan hace tiempo.
Al otro día, el viernes, el Juzgado de Faltas N° 1, a cargo de Rafael De Francesco, procedió a la clausura de la fábrica y como para que se cumpla la medida dos patrulleros se apostaron en la puerta de la planta para impedir el ingreso de materia prima al edificio, uno de ellos de la División Ecología. El municipio le dio 96 hs de plazo para terminar con la producción de los trabajos que estaban en proceso y retirar toda la materia prima, y los desechos sólidos y líquidos.

A la tarde del viernes, Zabaleta concurrió a la casa de uno de los vecinos, donde se realizó una reunión en la que el intendente comentó los detalles de lo realizado. Acompañado el jefe de Gabinete, Pablo del Valle, por el Secretario de Seguridad, Damián Feu y por funcionarios de la Defensoría del Pueblo, Zabaleta explicó que la fábrica había incumplido con todos sus compromisos, los malos olores continúan y por eso se decidió la clausura.
Luego, oficialmente se comunicó que el Municipio «en distintas etapas, exigió a la empresa una serie de inversiones, se realizaron inspecciones minuciosas y se clausuró durante una semana la producción en la planta. Además, el intendente radicó una denuncia por daño ambiental en un juzgado federal.
Por otra parte, se elevó la demanda al Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) y a la Autoridad del Agua (ADA), instituciones descentralizadas de la provincia de Buenos Aires competentes en la materia. Debido a que no se obtuvieron respuestas en aquel momento, también se solicitó la intervención de la Defensoría del Pueblo. Con todas estas medidas, se logró que la empresa instale un lavadero de gases, que cubra el adensador de barros, que cierre el sector de desechos, que coloque nuevas canaletas y que instale un nuevo filtro de aire».
Frente a toda esta situación, y comprobando que los olores nauseabundos seguían invadiendo la ciudad, el Municipio realizó una nueva inspección junto al Juzgado de Faltas y clausuró nuevamente la fábrica «con la intención de que no vuelva a abrir sus puertas hasta que adecúe sus instalaciones y garantice a todos los vecinos la calidad de vida que merecen» explicaron.
La empresa multinacional no se quedará de brazos cruzados, apelará la medida y extraoficialmente se supo que intentará dialogar con el jefe comunal para llegar a un nuevo acuerdo. Se supo, que Zabaleta no se opone a ese diálogo «pero siempre y cuando el encuentro sea abierto a los habitantes de la zona y a los medios de comunicación».
«Nuestra labor llega como Estado Municipal hasta ahí. Podemos clausurarla y evitar que sigan ingresando materias primas, pero no sabemos cuál es la estrategia de la empresa ni qué van a hacer los otros organismos intervinientes. En principio, el cese de ingreso de materiales para la producción indicaría que se paraliza la planta pero en verdad hay partes del proceso que están en trámite y que debe ser terminado porque si no el olor sería mucho peor. Tampoco se sabe cuál será la reacción de las autoridades de la firma con el personal» informaron fuentes del gobierno comunal al portal Primer Plano On Line. Por su parte los vecinos están juntando firmas para pre-sentar a la Justicia y espaldar lo actuado por la comunal.

Hace más de medio siglo que esa fábrica se convirtió en emblema de la contaminación ambiental. Rousselot Argentina SA está ubicada en Vergara 2352 y se dedica a la fabricación de gelatina extraída de cueros bovinos, que se procesan en piletones a cielo abierto, que provocan los malos olores. Es ese tufo insoportable es el que le dio una característica penosa a una amplia zona de Villa Tesei. Son miles los vecinos afectados. Hay un perjuicio sanitario, hay un daño a la calidad de vida y hay un perjuicio económico, ya que las propiedades de la zona se desvalorizaron notoriamente en las últimas dos décadas, y nadie quiere vivir en medio de un olor pestilente.
La firma Rousselot Argentina, a través de su gerente de planta, Daniel Ponte y del gerente general, Thierry Morael, prometieron soluciones infinidad de veces; firmaron actas de compromisos, publicaron solicita-das, difundieron cartas abiertas a los vecinos que nunca se cumplieron.
Hubo encuentros de la empresa con vecinos, con concejales de distintos partidos, inspecciones de distintos organismos, hubo asambleas, marchas de protestas y nada.
En agosto del 2016, ya el Municipio había clausurado el proceso productivo de la fábrica, luego de constatar el mal funcionamiento de una de las máquinas de la planta de producción. La medida se levantó tras el pago de una abultada multa y el compromiso de que la producción se realizaría «respetando los más altos estándares ambientales». Pero eso tampoco se cumplió.
El incumplimiento serial de la empresa Rousselot obligó al Municipio a recurrir a la Justicia. En febrero del 2017 las autoridades comunales pidieron al Fiscal Sebastián Basso que se investigue la posible comisión de delitos tipificados en los artículos 55 y 56 de la Ley Nacional 24.051», correspondiente a Residuos Peligrosos.
La denuncia es contra los directores, los síndicos, gerentes, miembros del Consejo de vigilancia, administradores, mandatarios o representantes de la firma Rousselot Argentina.
Meses después, en abril del año pasado, el titular de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, Guido Lorenzino anunció la presentación como querellante del organismo provincial en esa causa iniciada por el intendente.
En ese sentido, el Defensor del Pueblo destacó: «Nosotros, junto al intendente y a los vecinos, pedimos control. No puede ser que la decisión de los vecinos vaya por un lado, y la decisión de la empresa vaya para el otro. Por lo tanto, nos vamos a presentar en el expediente que inició el Municipio de Hurlingham en el Juzgado Federal de Morón como querellantes.»
Ya en esa oportunidad, el intendente Juan Zabaleta había dejado en claro su postura: «o se va el olor, o se va la fábrica».

LAS PROMESAS DEL RABINO BERGMAN Y DELFINO

Hace un año, el concejal de cambiemos Lucas Delfino acompañó al Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Bergman a una reunión con los vecinos. En esa ocasión el rabino expresó: «Agradezco a los vecinos por actuar y hacer valer sus derechos. Trabajamos productivamente para que cuidar el ambiente sea no solamente un compromiso nuestro, sino la garantía de que nuestros hijos se desarrollen en un espacio saludable. Por eso, tenemos mucho trabajo por hacer en Hurlingham». Bergman y Delfino prometieron acciones «que resuelvan de una vez por todas la dramática situación que viven los vecinos de Villa Tesei».
Pero esas acciones empezaron y terminaron solo con buenos deseos expresados en esa reunión.

1 Comentario

  1. Todo ésto es y fue una parodia ridícula desde el principio.
    Si en Parque Quirno se sienten los olores cuando el viento sopla del sur, no quiero pensar lo que los sufridos vecinos padecen en forma permanente. Recuerdo una pintada en la primera movilización que hicieron frente a la fábrica: VILLA TESEI, CAPITAL NACIONAL DEL OLOR A MIERDA (con perdón del término), leyenda que fue inmediatamente borrada.
    ¿Y qué destino tuvieron los fondos de la multa que se le aplicó en su momento? Que para ellos fue menos que un vuelto.
    Y en cuanto a la Defensoría del Pueblo, no sé a qué pueblo defienden, porque lo que es a nosotros no.

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